El estrés causa serios estragos (físicos y psicológicos) en nuestro organismo

El estrés puede ser causado por muchos factores: desde un trabajo agobiante y de mucha tensión hasta una vida carente de actividad. Hasta hora, se creía que el estrés estaba necesariamente ligado a las múltiples tareas, obligaciones o labores diarias. Hoy se sabe de manera positiva que incluso los ancianos, jubilados y desempleados (parados) de larga duración, son también candidatos de primer orden a padecer los efectos del estrés.

Estos (los efectos) comienzan a manifestarse de variadas formas pero todas tienen un denominador común: cansancio, fatiga, irritabilidad, inapetencia sexual, dificultad para conciliar el sueño, trastornos en el descanso, falta de apetito o también al contrario, necesidad de ingerir alimentos a todas horas.

El estrés en muchos casos puede ser puntual y estar originado por variadas causas y desaparecer al cambiar de actividad, descansar o volver a la normalidad en las rutinas diarias. En otras en cambio, puede estacionarse por tiempo indefinido y esta fase es la más peligrosa porque un cuadro de estrés prolongado puede ser el origen de otra dolencia mucho más perniciosa y destructiva como es, la temida depresión.

Hay muchas manera de evitar exponerse a un cuadro de estrés pero no todas están al alcance de cualquier persona sobre todo cuando es causado por ejemplo, por un trabajo al cual por la razón que sea no se puede renunciar. En este caso, lo más adecuado sería replantearse la forma como afrontamos las exigencias o necesidades de ese trabajo. Si no podemos dejarlo, más vale procurar verle el lado positivo (suponiendo que lo tenga) y a partir de ahí, intentar realizarlo sin que constituya una pesada carga psicológica.

Si lo anterior no resulta (que es lo más probable), los especialistas recomiendan entonces, ejercitar nuestros músculos de manera continuada y regular. Esto, hará que todo nuestro interior se renueve y oxigene por las exigencias de mayor esfuerzo físico. El ejercicio continuado provocará una mejoría de nuestro sistema interno y aspecto exterior situaciones estas que redundarán de positiva manera en nuestro talante psicológico de forma que, con una nueva perspectiva, podremos enfrentar mejor cualquier dificultad o sobreesfuerzo que nos demande nuestro trabajo, actividad o vida personal.

No obstante, no debe perderse de vista que uno de las consecuencias del estrés es la pérdida transitoria de nuestras capacidades físicas para hacer ejercicio o grandes esfuerzos físicos. De aquí entonces, que en  esta situación es recomendable comenzar con ejercicios suaves como caminar  media hora o 45 minutos a buen ritmo o dar un corto paseo en bicicleta sin  exagerar o llegar al límite de las fuerzas. Una actividad física continuada repercute de manera muy positiva en el organismo en general y puede ayudarle sensiblemente, a mejorar un cuadro de estrés y recuperar el equilibrio.Ya lo sabe, el ejercicio físico es siempre una buena alternativa.