El cuerpo si lo cuidas, te puede durar toda la vida... (XXIII)

Comer menos para vivir mejor

Parece un contrasentido pero en verdad, no lo es. Al contrario, es una realidad fácil de comprobar en el inmediato plazo, pero claro, casi nadie se lo cree porque... como va a ser posible que ¿comiendo menos se viva mejor?... pues lo cierto es que así es. Seamos francos con nosotros mismos y de seguro llegaremos a la conclusión de que comemos demasiado y en la mayoría de las ocasiones, sin una justificación verdadera. Afirmar que comer mucho es comer bien, sí que es un contrasentido, ya que como en todo, una justa medida, sería el ideal para conseguir tanto el beneficio como el disfrute, en el comer.

En nuestro cerebro persiste la idea de que una buena comida debe ser necesariamente abundante y esto a juicio de los entendidos (nos referimos a los gourmets) es justamente lo contrario del buen comer ya que la cantidad, nada tiene que ver con la calidad. Un buen filete puede ser bueno por la calidad de su carne y/o por la forma en que está preparado antes que por su tamaño o la cantidad. Aquí como en otras cosas, el tamaño tampoco importa.

Acostúmbrese a comer menos para conseguir mejor calidad de vida

¿Quién no ha sentido la incomodidad de un estómago a reventar después una abundante comida?... ¿quién podría afirmar con sinceridad que esta es una sensación placentera?... nadie, porque es justamente al contrario y sin embargo pese a conocer las incomodidades de esta situación, lo cierto es que la mayoría de nosotros no es capaz de reaccionar ante la oportunidad de una comida copiosa. Aún sabiendo los inconvenientes no trepidamos en ponernos hasta el c... de comida cada vez que es posible.

Comer de más, una costumbre que casi nadie, considera inconveniente

La mayoría de las madres atiborran a sus hijos de comida en la creencia de estar haciéndoles un bien y sin embargo con ello, están creando los gordos del futuro. Es penoso ver a chavales de 12 o 13 años atorados con un bocadillo de una barra entera de pan con chorizo o tortilla de patatas. Este bocadillo, lo que provoca en los chicos jóvenes es una sobre ingestión de hidratos de carbono y grasas que son dos billetes sin retorno a la obesidad y gordura y eso, sin contar con la perniciosa costumbre de los jóvenes de atiborrarse de pepitos de crema con chocolate, palmeras o en último término, con la comida basura de las hamburgueserías o del pollo frito.

Cambiar de hábitos es más difícil de lo que se piensa

Sugerirle a cualquier persona que reduzca su consumo diario de alimentos es como sembrar en el mar. Nadie estará dispuesto a hacer el menor caso de una sugerencia así y sin embargo, en ella reside posiblemente, el alivio a una gran parte de nuestros malestares más habituales y el camino seguro a una vida más plena y a la prevención de dolencias comunes en personas con exceso de peso. Con un peso adecuado, su organismo responderá mejor y posiblemente los hipertensos por ejemplo, verán que resulta más fácil controlar su tensión que aquellos que están excedidos en kilos.

Comer menos y hacer más ejercicio, una simple fórmula para una vida mejor

Pese a la sencillez de esta fórmula mágica y aún estando al alcance de cualquier persona, son muy pocas las que deciden hacerla suya y conseguir así, una vida mejor y con menos dificultades. ¿Por qué esta reticencia a mejorarnos de nuestras dolencias y malestares que nos impiden una vida más satisfactoria?...: simplemente porque nos falta voluntad y un poco de interés en nosotros mismos. Eso es todo.

Un poco de preocupación e interés por uno mismo, punto de partida básico para conseguir resultados

Está claro que sin una mínima dosis de interés y preocupación por uno mismo, todo lo anterior son palabras que se lleva el viento, por lo tanto si Ud. pertenece a ese grupo que respecto de Ud. y su persona todo le da igual, lo mejor es que no pierda el tiempo leyendo esto ya que estas recomendaciones sólo pueden tener algún efecto en aquellas personas que tienen una mínima cuota de aprecio por si mismas y que quieren tener mejor aspecto, salud y en definitiva, sentirse íntimamente satisfechas consigo mismas.

Haga lo posible por controlar su dieta y comience un programa de ejercicio físico continuado, por leve que sea pero manténgalo de manera constante. No vale que lo haga sólo en fines de semana o cuando se acuerde. Camine más, use el Metro para obligarse a subir y bajar escaleras. Si puede, destine 10 minutos por día, tres veces a la semana para hacer abdominales en casa, mientras ve la TV, así los hará sin percatarse. Si tiene una bicicleta, acostúmbrese a dar un paseo diario y si se atreve, haga jogging por su barrio tres veces por semana, verá como al cabo de un par de meses comienza a notar cambios importantes en su estado físico.

Si su compromiso con Ud. mismo es más serio, establezca una rutina de ejercicios y sígala a rajatabla, verá como cambia su óptica de la vida diaria y comienza a apreciar un mejor rendimiento de todas sus funciones vitales.

Todo, absolutamente todo, depende sólo de Ud. de manera que... suya es la decisión...

Será hasta la próxima...