La UE y América Latina lanzan el diálogo para mejorar las condiciones de los inmigrantes

La apertura del diálogo, contemplado en la cumbre birregional celebrada en Lima en mayo de 2008, sirvió para fijar un calendario de reuniones hasta noviembre de 2010, un periodo durante el que ambos bloques tratarán de buscar soluciones conjuntas a la inmigración legal e ilegal.

El objetivo es que los "inmigrantes sean respetados como personas, ayudarles a que tengan una vida digna y un futuro", declaró el embajador argentino en Bruselas, Jorge Remes Lenicov, durante un acto en la sede del Consejo Europeo.

"Queremos acercar posiciones", a través de "un lenguaje común", para que la inmigración sea un fenómeno en que "sólo haya ganadores", subrayó por su parte el director general de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, Stefano Sannino.

El lanzamiento del diálogo, que abordará todas las cuestiones relacionadas con este fenómeno - desde la lucha contra la discriminación hasta las aportaciones de los extranjeros a las sociedades receptoras-, tiene lugar un año después de que el Parlamento Europeo aprobara la "directiva retorno" que levantó una ola de protestas en América Latina.

Los eurodiputados aprobaron, entre las medidas más polémicas, un periodo de retención de hasta 18 meses para los inmigrantes irregulares, la prohibición de ser readmitidos en Europa durante cinco años o la posibilidad de expulsar a menores. "Desde entonces, hemos avanzado mucho, discutiendo en particular sobre la preservación estricta de los derechos humanos", subrayó el embajador argentino.

También la embajadora mexicana, Sandra Fuentes-Berain, se mostró conciliadora, al afirmar que con este diálogo "la UE reconoce la especifidad latinoamericana en la política migratoria europea". La primera reunión prevista en el marco de este diálogo tendrá lugar en septiembre y estará centrada en las remesas que envían los inmigrantes a sus familiares en su país de origen.

"Queremos abaratar los costos de las transferencias, porque son elevadísimos", dijo Remes Lenicov.

En este sentido, Sannino explicó que la Comisión Europea estudia la forma de "hacer públicos los costos de las transferencias" para qué los inmigrantes sepan cuál es el medio "más barato" de enviar su dinero.