La colección de juguetes Quiroga Monte itinera por toda España

Casi medio millar de juguetes españoles del XIX y primera mitad del XX componen la muestra que, abierta al público, itinera por diferentes centros culturales de España. Se trata de una parte de la gran colección Quiroga Monte de juguetes que reúne más de mil piezas y es una de las más relevantes de España en su género, porque abarca muñecas, coches, trenes, albumes, cuentos, rompecabezas, teatritos, juegos de mesa y de azar… Una colección llevada a cabo en Asturias por el matrimonio José Antonio Quiroga y Covadonga Monte a lo largo de algo más de una década.

Después de Burgos, la colección Quiroga Monte se encuentra actualmente en San Lorenzo del Escorial y el pasado año lo hizo en Madrid y Oviedo, entre otras ciudades españolas. “El juguete va dando cuenta puntual de la propia historia al reflejar la moda en el vestir, en los adelantos científicos y tecnológicos de cada momento en el hogar o en la vida pública, en el estilo de juegos, etc”, declara el coleccionista, señor Quiroga, que acaba de publicar un libro con una amplia documentación sobre su colección.

Los coleccionistas Quiroga Monte han querido centrarse en el juguete español –que también se exportó en buena parte a América Latina- para especializar el conjunto, si bien algunas piezas foráneas sirven de paralelismo o contrapunto a las españolas. De momento las fechas que abarca van de 1890 a 1985, ciento veinticinco años que ausculta dos siglos. Quiroga Monte cuenta con un tren de madera del catalano-uruguayo Joaquín Torres García, artista constructivista, que fabricó para los grandes almacenes parisinos de La Samaritaine.

La colección se enriquece continuamente porque el matrimonio Quiroga Monte busca y acude a todos mercados y subastas en busca de las piezas singulares que vayan a aportar algo nuevo a su discurso lúdico. Recientemente incorporaron un “Don Nicanor tocando el tambor”, juguete muy popular en el mercado de El Rastro madrileño en los años 60, así como parte de la colección del periodista José Bárcena Guzmán.

La variedad de muñecas de época va desde la célebre Mariquita Pérez, creada en los años 40 e inspirada en la niña Leonor Góngora y Coello de Portugal (muñeca que ha merecido una catalogación científica por parte de Concha García Hoz, conservadora del Museo del Traje CIPE en Madrid), hasta Cayetana y Gisela, pasando por una serie de Peponas, muñecas sencillas para consumo popular.


“El juguete de plástico apareció en los años 60 y ahí cortamos nuestra colección. Hay otros coleccionistas que la siguen en este tipo y es bueno especializarse”, señala Quiroga. “Nuestros juguetes llevan otros materiales como la madera, el cartón, el caucho, hojalata, cuero… Los materiales también hablan del tiempo y de la sociedad en que se desenvolvieron en forma de juguetes”

“Dime cómo juegas y te diré quien eres” dice un aserto que se une al de “en la mesa y en el juego se conoce al caballero”. Quiroga dice que con los juegos infantiles, los niños aprenden a incorporarse a la sociedad al emular de algún modo la vida de los adultos”.

En la colección Quiroga Monte hay numerosos álbumes de cromos coleccionados por los niños hasta conformar una historia, por ejemplo los de Chocolates Valor, así como numerosos libros de cuentos como los diminutos de Calleja, que evocan la manera de narrar de otro tiempo.