Durante siglos se ha observado que el agua posee poder terapéutico. La ciencia moderna ha desarrollado un enfoque científico, definiendo clasificaciones de varios tipos de agua. Nos referiremos a continuación al agua termal, que es rica en minerales que estimulan química, física y biológicamente a quienes las utilizan. Ellas mejoran el bienestar y la salud de las personas que recurren a ésta.
Son aguas naturales que surgen del suelo a una temperatura mayor o igual a 18º C, las que se utilizan como aplicaciones terapéuticas.
Desde la Edad de Bronce hace más de 5.000 años, las aguas termales han sido usadas por sus reconocidas cualidades curativas. Los efectos terapéuticos de las aguas termales han sido estudiados por balneólogos europeos, expertos que estudian los beneficios del agua mineral natural. Uno de ellos es el doctor italiano Alberto Lalli, responsable de la investigación y desarrollo del Centro de Estudios Termales Véneto, “Pietro d`Abano”, de Abano y Montegrotto Terme y Vicepresidente del Consejo OMTh- Organización Mundial del Termalismo.
Efectos terapéuticos del agua termal
Mejora el estado de la piel
La aplicación directa de aguas termales especialmente aquellas que contienen azufre, tiene efectos terapéuticos sobre problemas dermatológicos, como la psoriasis, dermatitis e infecciones producidas por hongos. Algunas aguas minerales son usadas para ayudar a sanar heridas y otras lesiones de la piel.
Estimula el metabolismo
Los baños termales incrementan el flujo de la sangre, brindando una mejor irrigación a los órganos vitales y tejidos corporales. Esto estimula el metabolismo, incluyendo las secreciones del tracto intestinal y el hígado, ayudando a la digestión. Además propende a normalizar las funciones de las glándulas endocrinas así como el funcionamiento del sistema nervioso.
Relaja tu cuerpo, reduce la tensión y aumenta tu tranquilidad
Las aguas termales contienen altas cantidades de iones negativos, los cuales ayudan a proveer sensaciones de bienestar físico y sicológico.
Fortalece tus defensas
Bañarse en aguas termales aumenta la temperatura del cuerpo, lo que mata gérmenes y virus. Algunos minerales presentes en el agua como el dióxido de carbono, azufre, calcio, magnesio y litio son absorbidos por el cuerpo. Éstos poseen efectos regenerativos.
Estos efectos curativos pueden incluir la estimulación del sistema inmunológico, aumentando los métodos de protección; relajación y física y mental; producción de endorfinas; y mejorando las funciones glandulares.
Incrementa el flujo sanguíneo
Los baños de aguas termales aumentan la presión hidrostática del cuerpo, acrecentando así la circulación sanguínea y la oxigenación celular. Esto además ayuda a disolver y eliminar las toxinas del cuerpo.