Prevén pérdidas millonarias en el turismo como consecuencia de la nube de cenizas

Según un análisis de La Nación, basado en informes de fuentes de la industria, el sector aerocomercial perdió más de 4 millones de dólares en los últimos 10 días por las cancelaciones de vuelos nacionales e internacionales. Las pérdidas económicas de LAN y Aerolíneas Argentinas por las cancelaciones fueron de entre 3 y 4 millones de dólares, pero esas no fueron las únicas compañías que sufrieron suspensiones.

Estimaciones de empresarios de Bariloche indicaron a la radio que si los problemas continúan en la temporada de invierno las pérdidas pueden rondar los 100 millones de dólares. Algunos hoteleros del sur argentino hablaron de cancelaciones de reservas a corto plazo y baja ocupación. “Es muy prematuro decir qué va a pasar en el mes de julio. Dependemos de los operadores de Brasil y de la apertura del aeropuerto”, dijo a La Nación un empresario.

“Estamos con una ocupación muy baja, no llega al 10%. Si bien la ciudad sigue operando igual, el aeropuerto no está funcionando y la gente no quiere viajar a un lugar con incertidumbre. A esta altura, el año pasado teníamos una ocupación del 60%”, dijo por su parte Agustín Hurtado, encargado de ventas de Villa Huinid Resort and Spa, uno de los pocos hoteles que está operando en Bariloche.

En este contexto, el Ente Oficial de Turismo Patagonia Argentina afirmó no contar con estadísticas precisas, pues la situación es variable en distintos destinos, y estimó que en próximos días contará con datos en mayor detalle.

Una difícil situación se vive en la turística Villa La Angostura, un exclusivo destino vecino a Bariloche y situado a sólo 35 kilómetros del Puyehue-Cordón Caulle, en vías de ser declarada “zona de desastre” por la Legislatura de la provincia de Neuquén, lo que le permitiría contar con los fondos necesarios para hacer frente a esta contingencia.

Según reportes de prensa, más del 80% de la población de Angostura está sin energía eléctrica y sin agua, no hay clases, la mayor parte de los comercios permanecen cerrados y es creciente el número de vecinos que abandona sus hogares para trasladarse a la casa de familiares en localidades cercanas.

Las calles están cubiertas de cenizas y lodo, y las imágenes muestran a cientos de pobladores y voluntarios limpiando los techos de sus casas.
“Esta precipitación tiene minerales y con la lluvia genera un cortocircuito permanente en los transformadores. No hay mascarillas, velas, linternas, barbijos, antiparras, agua mineral. Necesitamos todo, hasta un camión cisterna para potabilizar agua y distribuirla en los barrios”, explicó a la radio un funcionario local, que calificó la situación de “desastre ecológico y económico” y consideró casi perdida la temporada turística, que debía comenzar por estos días. “Va a ser un año de reconstrucción”, consideró.