Polémico retrato de la ex ministra Pilar del Castillo para el Ministerio de Educación

No ha gustado a los artistas que la ex ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, haya pintado su propio retrato para la galería de retratos de titulares del Ministerio de Educación; les parece un intrusismo y una desconsideración a los pintores siempre necesitados de trabajo, de ingresos y de reconocimiento, máxime en tiempos de crisis.

En la entrega junto a la ministra, estuvieron, además del actual titular de Educación, los ex ministros de la misma Cartera, Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy, que estos sí cuentan con un buen retrato pictórico en las paredes del antiguo departamento en la calle de Alcalá.

“Resulta patético que una ex ministra se ponga a pintarse su propio retrato y no nos respete a los artistas que esperamos los acontecimientos de cese como una buena ocasión para hacer un retrato institucional”, dice Ricardo Sanz, un buen retratista que ha pintado el primer retrato de los príncipes de Asturias juntos y que ha expuesto recientemente en la galería Sokoa.

Por su parte, Gabino Amaya Cacho, otro destacado pintor que retrató entre otros al célebre fotógrafo Alfonso Sánchez Portela, dice que “la ex ministra es muy libre de hacer su retrato, pero nosotros los pintores tomamos nota de su actitud acaparadora”. Pilar del Castillo se presenta ahora como diputada a la selecciones al Parlamento Europeo.

Pilar del Castillo ha hecho su autorretrato con un traje estampado sobre un fondo oscuro. Su figura cruzada de brazos sin mostrar las manos refleja, según estudiosos del lenguaje corporal, un gesto cerrado y poco generoso, al tiempo que poco protocolario. Recuerda al un clásico retrato de José Antonio Primo de Rivera. En la presentación, la ex ministra posaba igualmente junto al cuadro, con los brazos cruzados, una actitud muy suya, un tanto doméstica.

Manuel Ortega, otro gran retratista de Severo Ochoa y de numerosos doctores y escritores, habla de que la “ex ministra se suma a la serie de domingueros/as que se creen pintores”.

Esperanza Aguirre se hizo retratar por el cotizado Hernán Cortés; Soledad Becerril en su día, por Pedro Bueno; Hernández Gil en las Cortes, por Eduardo Naranjo; Gabriel García Márquez por Nati Cañada y así otros tantos pintores, grandes retratistas como Alfonso Sebastián, Carlos Ortega, Pablo Carnero, Charo Marín, Rosa Moreno de Castro, Alcorlo, Betsy Westendorp, Revello del Toro, amén de los cotizados Claudio Bravo o Antonio López han llevado a cabo importantes retratos institucionales que son patrimonio histórico-artístico de la Administración.