El cuerpo si lo cuidas, te puede durar toda la vida... (XVIII)

¿La pinta lo es todo?... ¿o estamos exagerando la importancia del aspecto físico?

Todos los extremos son malos. Es innegable que en la actualidad en una esfera de actividades cada vez mayor, el buen aspecto es muy importante. Si no lo cree, échele un vistazo a la sección de ofertas de empleo de cualquier periódico. Para todos los trabajos de cierta relevancia se requiere como requisito indispensable, la buena presencia.

¿Y qué significa en términos generales buena presencia? Sin duda habrá diferentes respuestas pero es obvio que tenemos que dejar de lado la que se refiera exclusivamente a la belleza física natural, recibida por herencia genética. Quien posea este afortunado don, tiene una parte resuelta, pero para el común de la gente que no ha sido favorecida con especiales dotes de belleza física, la buena presencia puede estar más cerca de un aspecto cuidado y un físico relativamente armónico.

No se trata de conseguir cuerpos de marca de yogur ya que esos como hemos dicho en alguna oportunidad, corresponden más bien a las exigencias publicitarias del marketing que para resaltar el mensaje, utiliza esos ejemplares casi perfectos que de vez en cuando, también es posible ver en el Metro, en la calle o en cualquier lugar.

Tener un buen aspecto es más simple de lo que se piensa y sólo hace falta tener el empeño, las ganas y la voluntad para conseguirlo. El principal enemigo de la buena presencia, es el exceso de peso. Las encuestas revelan que más del 47% de los españoles mayores de 15 años está excedido de peso en porcentajes que hacen razonable calificar de manera genérica a España, como un país de gordos.

La obesidad y la gordura son en parte, consecuencias de la mejor calidad de vida y de una alimentación más contundente, propia de los países desarrollados ya que en términos generales y cifras absolutas, en los países del tercer mundo, la cantidad de gordos no supera el 15 o 17% del total de la población.

Es innegable entonces, que exceptuando aquellos casos en que la obesidad o sobrepeso está causada por trastornos orgánicos, en el resto de los gordos(as), su sobrepeso está causado definitivamente, por una actitud consciente y admitida por cada persona que padece exceso de peso.

El exceso de peso es en verdad, un “problema de peso”...

Mientras se es muy joven, es decir cuando tiene Ud. menos de 25 años, el subir o bajar de peso es algo que se controla muy fácilmente, ya que según las estadísticas, aún estamos en fase de asentar de manera definitiva, todos los cambios que permanecerán en nuestro organismo.

La frase un tanto tópica afirmando que los kilos que se cogen antes de los 25 años, ya no se quitan jamás, tiene mucho de verdad. A los veinticinco, todavía nuestro tejido muscular y graso se está acomodando y si rebasamos esa edad con un claro sobrepeso, lo más probable es que este, nos acompañe con modificaciones siempre hacia arriba, por el resto de nuestra vida. De ahí que Ud. (si se encuentra en esta situación), en pocos años más al llegar a la treintena, comenzará a dar por buena la también tópica frase, de que es completamente normal después de los treinta, tener sobrepeso y/o ser gordito(a).

Esto no es más que una excusa para justificar lo que una simple rutina de ejercicio y una moderación en nuestros hábitos de alimentación, pueden remediar. Independientemente de la edad que Ud. tenga y de todos los años que lleve consigo un sobrepeso, puede si se lo propone, bajar unos cuantos kilos y mejorar sensiblemente su aspecto y de paso, conseguir una mejor salud y funcionamiento de su organismo.

Nuestros hábitos de alimentación

Posiblemente España sea uno de los países con una de las cocinas más ricas y variadas del continente, con platos de una contundencia que exigen buen estómago y mejor ánimo para comerlos. Aquí como en cualquier lugar, la comida copiosa está asociada a patrones culturales heredados de tiempos en que la comida constituía el eje central de la actividad diaria de toda la comunidad.

Hoy día obviamente, la comida sigue siendo tan importante como antes, pero la vida moderna y las diferentes variables culturales que se manejan determinan que dentro del diario vivir hay muchas otras cosas, además de (y perdón por la expresión) llenar la tripa.

En España se come en exceso. Sólo es cuestión de mirar alrededor nuestro. A la hora que sea, veremos bares, cafeterías, restaurantes y similares atiborrados de gente comiendo, bebiendo y... comiendo. Hay un culto exagerado al estar permanentemente preocupados por echarle algo al cuerpo. A los interminables aperitivos, tapas y cañas a partir de las once de la mañana, sigue la hora de comida que suele prolongarse hasta las cuatro o cinco de la tarde para luego, enfrentar la merienda, el aperitivo previo a la cena y finalmente, la última comida del día. Y así, día tras día, año tras año. Resultado: a los cuarenta años, la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país está hipertenso, sobrepasado de peso y tiene una serie de enfermedades y dolencias que harán complicada su vida en los siguientes años.

¿Cuál es la posible solución?

Lo paradójico de todo esto, es que la mayoría de las personas están plenamente conscientes de comer y beber demasiado, y de las consecuencias que de ello se derivan para la salud, pero muy poca gente, está dispuesta a variar sus hábitos ya que considera que a el o ella, hasta el momento, todo le va bien.

Lo lamentable de este razonamiento es que las molestias, dolencias o enfermedades consecuencia de esta forma de vida, suelen presentarse de manera súbita, con todos los trastornos que ocasiona. La mayor causa de muertes al año en la población adulta de más de 40 años, está originada por trastornos cardiovasculares derivados de una alta tasa de colesterol y sobrepeso.

Sería recomendable entonces, adoptar a temprana edad, hábitos saludables de vida y entre estos, el ejercicio físico regular es uno que además de todos los beneficios externos de que tantas veces hemos hablado, nos proporcionará una vida interna y una mejor disposición de nuestro organismo para enfrentar el hasta por ahora, irreversible proceso de deterioro aparejado a la mayor longevidad que se alcanza en los países más desarrollados del planeta.

Ya lo sabe, si quiere asegurarse una buena calidad de vida en los próximos años, comience hoy mismo una rutina de ejercicios, por simple que sea, pero hágala tres o cuatro veces a la semana y si se siente con la suficiente fuerza de voluntad y decisión, haga el intento de rebajar en algo, su cuota diaria de alimentación. Será hasta la próxima...