Semana Santa: pura hospitalidad en Paraguay

En los diarios asuncenos de hoy leo que ya no hay lugares disponibles en los hoteles. Me llamó la atención semejante noticia porque hacía mucho que la crísis venía creando problemas en el país. El mal humor de la economía golfa y cazurra que venía pavoneándose en estas tierras guaraníes, en el 2010 puso violines en bolsa y se marchó de aquí, felizmente.
Los primeros turistas de Paraguay son los mismos paraguayos, sobre todo durante la Semana Santa venidera. Se instalarán en tantos lugares de descanso que dispone el país junto a ríos, arroyos, lagos, bosques y serranías.
Brasileños, argentinos, uruguayos, chilenos son otros turistas anotados para la Semana Santa paraguaya.
En Asunción hay 68 hoteles con 2.673 habitaciones y 5.673 camas. En el resto del país hay 43 hoteles nuevos, 621 habitaciones y 1.449 habitaciones registradas hasta el 2010.
Un sitio muy concurrido en Semana Santa es Tañarandy, un barrio de la ciudad de San Ignacio, al sur de Paraguay. Allí los estacioneros acompañan con cantos la procesión con imágenes del Cristo yacente, de la Virgen de los dolores y de San Juan. Entre tanto, el público porta faroles y otros miles se colocan en fila en el camino doloroso. La procesión dura más de una hora y culmina en un lugar donde se despliega un espectáculo artístico de mucha belleza.
Bueno, me dirán, eso se ve en toda España. Es verdad. Pero lo de Tañarandy es sencillamente único en toda esta región. Pero a esa religiosidad se añade lo que los paraguayos sabemos hacer en los días santos, la chipa y la sopa paraguaya. Son el pan y la torta de maíz respectivamente.
La Semana Santa paraguaya es única, es hasta el Miércoles Santo la fiesta de la familia en torno al horno, al que aquí se llama tatakuá, que sirve para cocinar los panes y tortas, a más del cerdo, el pollo y cuantos alimentos que se preparen en casa y que deberán consumirse hasta el Domingo de Pascua.
Paraguay es un país con mayoría católica. Aquí todavía quedan de los que visitan siete iglesias durante el Viernes Santo. Para quiénes no quieren pasarse todo el santo día en las iglesias las alternativas para ocupar las vacaciones de esos días son amplias: en la capital están los centros comerciales más bellos que yo conozco en todo el Mercosur. Los restaurantes provocan a la clientela con los asados más deliciosos, las pastas más exquisitas y los vinos más emblemáticos de Argentina y Chile.
No, Paraguay no tiene el clima adecuado para producir el mejor vino.
El interior está repleto de lugares para disfrutar en esos días, pueblo por pueblo, comarca por comarca.
¿Que no tiene un sitio donde pasar la noche? No se preocupe. Hay pensiones, hoteles de uno y dos estrellas, muy cómodos, limpios y amplios que bien pueden recibirles. S viaja al interior sin previo aviso, bueno, ya habrá quién le invite a pasar los días en su casa. Y será mejor que lo acepte, porque es costumbre paraguaya eso de dar alojamiento a la gente e invitarles con mate antes del desayuno.
Si llega a Paraguay y no encuentra hoteles, pregunte al paraguayo donde puede alojarse y, casi seguro estoy que le diga, "vamos a casa". La hospitalidad es parte de la costumbre nacional. Es cosa nuestra....