Son muchos los artículos, conferencias y ensayos dedicados a su difusión y conocimiento. Su vinculación a periódicos y revistas de España y del extranjero ha hecho posible esta tarea, plenamente reconocida y galardonada en varias ocasiones. Es miembro de prestigiosas instituciones culturales como la Academia Hispano-Belga de la Historia y la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.
Ahora acaba de publicar un nuevo libro, "Memoria de nuestros clásicos" (Ediciones Vitruvio) en el que recoge dieciséis ensayos sobre este interesante tema; ensayos convertidos en conferencias pronunciadas en España y en el extranjero, incluso también aparecidos en revistas literarias. A modo de aclaración y confirmación debemos recordar que José López Martínez entiende la conferencia como un género literario emparentado con el ensayo, o sea, que cualquier tema elegido debe ser redactado desde la indagación y el pensamiento, empleando un lenguaje preciso y pedagógico que facilite la comprensión del lector.
Por parte, puede que el título "Memoria" haya predispuesto al autor a situaciones y conceptos no siempre bien entendidos cuando de los clásicos se trata. Los clásicos de cualquier tiempo, aquellos ingenios que traspasaron con su inteligencia y su cultura los límites de lo ya sabido, hurgando en los espacios más recónditos de las conciencias colectivas. En opinión de José López Martínez, que conoció y conversó en varias ocasiones con José Ortega y Gasset y Gregorio Marañón Moya, entre otros grandes del siglo veinte, clásicos son aquellos autores que nos ayudaron a entender que la civilización no es un amontonamiento, sino una construcción social, una arquitectura.
Desde Miguel de Cervantes, y muchos antes, hasta los últimos tiempos: Baltasar Gracián, Gaspar Melchor de Jovellanos, Pascual Madoz, Patricio de la Escosura, Ramón María del Valle-Inclán, Pío Baroja, Luís Cernuda. Es decir, cinco siglos en los que la literatura y el pensamiento, las artes y las letras dieron en España personajes, libros, obras que compitieron con lo más selecto y acreditado de la cultura occidental, e incluso la superaron. "Y admitiendo", manifiesta López Martínez, "que la cultura es una forma de la memoria, he pretendido, a través de estos ensayos, colaborar a que esa memoria se prolongue y perpetúe, indagar en esos mundos que cada autor fue creando a la medida de su imaginación y su talento".