Me pregunté acerca del por qué de aquel contraste, tan notorio y poco común. Llegué a desarrollar diferentes hipótesis, según creí mentalmente fundamentadas todas.
-¿Habrá sido cantante tropical en su época?
-¿Los habrá encontrado en un remate de ropa usada?
-¿Tal vez los heredó de un pariente bailarín?
-Y otras más…
Seguí sus pasos casi dos cuadras, al advertir como cada cierto trecho él se detenía, los miraba y continuaba su marcha; en una ocasión incluso sacó un trozo de género y los frotó con esmero.
Cuando finalmente pasé por su lado lo miré cordialmente y sin poder evitarlo le dije:
-Originales y llamativos amigo.
-Así es –me respondió–
-Me preguntaba por su procedencia, repliqué.
Y su respuesta me motivó a escribir estas líneas que aquí ya termino:
-Son los únicos que tengo, hoy me los regaló una patrona, hasta ahora andaba con unos negros… pero rotos…