Esteban González-Pons, la “perla negra” del PP

Luego, pensándolo un poco más detenidamente, intento convencerme de que llegado el momento, alguno de sus asesores, disuadiría a Rajoy de cometer tamaña tontería tomando en cuenta que a un político como González-Pons y al cual se le nota por todos lados la escasa materia gris que posee dentro de su cabeza, ningún jefe de gobierno, por muy comprometido que estuviera, le daría un cargo de relevancia.

González-Pons demuestra tal carencia de inteligencia y habilidad que cuesta trabajo imaginar que pueda tener un cargo como el que actualmente ostenta (vicesecretario de Comunicación) dentro del aparato del PP pero –como en todo-, creo que hay una explicación para ello: Una de las estrategias del PP es hacer una “guerra de guerrillas” contra el Gobierno a fuerza de decir  -sin arrugarse-, la mayor cantidad de estupideces en el mínimo tiempo posible y para ello, es preciso tener a mano lo que en algunos círculos políticos se conoce como “un tonto útil”, esto es: alguien que pueda absorber y asumir alegremente, el descrédito que significa decir con toda soltura la mayor cantidad de tonterías, con la arrogancia de quien cree estar haciendo algo importante. De ahí que quien lo hace, reciba el nombre de “tonto útil”.

Cualquiera que haya puesto atención a las tonterías que regularmente dice González-Pons, llegaría a la misma conclusión: nada de lo que dice, tiene peso; nada es concluyente; nada es realmente serio y desde luego, González-Pons no sería nunca, un interlocutor válido en ninguna discusión política seria y ello, por una razón elemental: el pobre hombre no sabe nada de nada.

La última boutade del ínclito Gonzalez-Pons, la conocíamos esta misma semana cuando so pretexto de ridiculizar una de las medidas del gobierno tendientes a ahorrar energía, (la de reducir a 110 kms. La velocidad en las autovías) comparaba esa medida, con procedimientos “soviéticos y más aplicables en Cuba que en España” por aquello de que los españoles amamos la libertad. Cuesta trabajo imaginar que un político medianamente solvente intelectualmente,  pueda con toda soltura de cuerpo, espetar semejante estupidez. Este chascarro (que no otra cosa) de González-Pons recuerda aquella protesta de Aznar en el sentido de no aceptar que nadie le regulara su consumo de alcohol aún, en la posibilidad de tener a continuación, que conducir un coche.

Estoy convencido de que en el PP saben perfectamente que el bueno de González-Pons está intelectualmente, unas rayas por debajo de la media de C.I. que maneja la cúpula del PP donde brillan con merecida luz propia, políticos como Sáenz de Santamaría o Cospedal con quienes se puede o no estar de acuerdo, pero que es de obligado cumplimiento, reconocer que ambas poseen una inteligencia notoria y una tremenda capacidad de argumentación, situación que también alcanza a otros personeros  y al propio Rajoy que exhibe además, una convincente oratoria y una solvente capacidad de síntesis tan notorias ambas, como su falta de carisma personal.

En esta panoplia de brillantes mentes políticas, González-Pons destaca como un garbanzo negro. El hombre no solo evidencia una fuerte desventaja intelectual frente a sus pares sino que además, representa sólidamente, la caduca y trasnochada imagen de una derecha retardataria que lastra a sus propios compañeros de partido, aunque éstos de momento, no se atrevan a decirlo.

Confiemos que si el PP gana las próximas elecciones, quien tenga las responsabilidades de nombrar los cargos de gobierno, eche a andar la moviola de las intervenciones políticas en reversa y así, caiga en la cuenta de que los “tontos útiles”, tienen fecha de caducidad y ésta, termina justo, cuando se ganan las elecciones. Roguemos para que así sea.