Malawi se convierte así en uno de los pocos países africanos que, a diferencia de lo que sucede con los varones, criminalizan explícitamente la homosexualidad femenina, considerada (al igual que la masculina) una “importación occidental”.
La reforma legal, no demasiado divulgada hasta ahora, ha merecido las criticas de Markus Löning, comisario del Gobierno federal alemán para los derechos humanos. Criticas que vienen a coincidir en el tiempo con la reducción de la ayuda económica a Malawi de Alemania, uno de los principales donantes de fondos al país africano, debido al reiterado incumplimiento de las promesas de democratización.