La caballa es una buena opción para cubrir las raciones semanales de pescado azul recomendado. Igualmente, es uno de los pescados más ricos en EPA y DHA, las dos grasas omega-3 especiales que se encuentran en cantidades considerables únicamente en el pescado azul y en el hígado de los peces. Para conservar intactas sus propiedades, prefiera su consumo preparado al horno, a la plancha o cocido.
Diversas investigaciones muestran que un consumo regular de las grasas procedentes del pescado aporta importantes, e incluso fundamentales beneficios para la salud. Nos protegen contra las cardiopatías y las apoplejías, ya que reduce la inflamación y presión sanguínea, mejora los niveles de colesterol y grasas en la sangre.
- Es un antiinflamatorio que alivia los síntomas de la enfermedad de Crohn, el dolor de las articulaciones y la artritis.
- Ayuda a prevenir las cardiopatías y las apoplejías.
- Es rico en selenio, magnesio, hierro y potasio, así como en vitaminas D y E.
¿Sabía qué?
Los romanos utilizaban la caballa para hacer garum, una salsa de pescado similar a la usada en la cocina tailandesa.
Consejos prácticos:
Elija las caballas de carne firme, de cuerpo y ojos brillantes. El pescado azul se descompone más rápido que el blanco. La caballa debe de consumirse a más tardar 24 horas después de adquirirla. Puede hacerse al horno, asada, a la barbacoa o frita. Dado que además es rica en sabor, se aconseja acompañarla con aderezos fuertes o picantes, como salsa de ruibarbo, mostaza o rábano picante.
Valor nutritivo de 100 g de caballa
Kcal 207
Grasas totales 14g
EPA 0,71g
DHA 1,1g
Niacina 9,1g
VitaminaB6 0 ,4mg
Vitamina B12 8,8mcg
Vitamina 363mcg
Vitamina E 1,5mg
Potasio 317 mg
Selenio 44,5mcg
Magnesio 77mg
Hierro 1,6mg
Zinc 0,6mg