Su voluntad era que los hombres preserváramos la Tierra en amor y unidad, permitiendo así que se formara en la Tierra el Reino de la Paz y del Amor desinteresado. Sin embargo ha sucedido todo lo contrario: La brutalidad del hombre con los animales ha alcanzado una dimensión hasta ahora desconocida. Millones de reses, gallinas y cerdos llevan una desconsolada existencia en oscuras jaulas y establos de cría, millones de monos, perros, gatos y ratones son maltratados hasta que mueren en laboratorios de experimentación y millones de animales salvajes son víctimas de una caza encarnizada.
Por suerte actualmente en la Tierra de la Paz de la Fundación Gabriele, las personas han aprendido que la unidad con la naturaleza no es posible sin la unidad con nuestro prójimo. El ser pacífico no es algo que se pueda separar en partes. Cuanto más pacífica sea la persona, más sensible será para la vida de la naturaleza y la comunicación con los elementos de la naturaleza. De esta forma los animales ya sienten que hay personas en quienes pueden confiar y poco a poco los animales y las personas vuelven a ser amigos.
La Tierra de la Paz que es un pequeño terreno en el centro de Alemania, es un mundo excepcional en donde animales de todas las especies pueden vivir sin miedo, con dignidad y alegría. Allí los campos y bosques están sanos, siendo en su conjunto un manantial de salud para las personas, donde a través de la Terapia Holística también encuentra sanación más de una herida anímica. El modelo novedoso aplicado en estos terrenos ya está sirviendo y servirá cada vez más como proyecto que se está exportando a otros lugares de toda la Tierra, tanto por el trato innovador y pacifico para con la naturaleza y los animales, como por el empeño en lograr una reparación global de los daños causados por el ser humano a la Naturaleza y los animales.
Quien visita por primera vez la Tierra de Paz se encuentra ante un paisaje de suaves colinas, con campos y bosquecillos que le invitan a tener una vivencia contemplativa de la naturaleza. Allí reina el silencio. A la orilla del camino se mece al viento un campo de trigo, rodeado de forma pintoresca por luminosas amapolas rojas. Tal vez nos saluda una liebre atravesando a saltitos el camino, o en lo alto del borde del bosque pace en ese momento una familia de corzos. Mucho más abajo se divisa una granja, escondida entre árboles y arbustos.
Aquel que observa el paisaje, puede constatar que todavía hay mucho por hacer, pero que también ya se ha logrado mucho. Por ejemplo, el “Paraíso de los pájaros” un bosquecillo lleno de vida polifónica de sus moradores. Al mismo tiempo, en diferentes lugares se forman islas de árboles, bosquecillos de campo en medio del terreno agrícola. No dejan de tener importancia los “Biotopos de piedras”, que ofrecen un lugar para cobijarse y dormir a muchos pequeños mamíferos. Al pie del valle se hallan algunos “Biotopos húmedos” con diferentes zonas de vegetación como fuente de alimentación para los moradores más diversos. La mayoría de ellos perdieron su espacio vital a raíz del descenso de los niveles freáticos y la concentración parcelaria de terrenos, y ahora han encontrado de nuevo un hogar donde vivir.
La Madre Tierra se encuentra ante el mayor colapso provocado por el ser humano, justo en un momento en que cada pequeño gesto en la dirección adecuada es valioso, sin embargo las autoridades alemanas se plantean destruir el único espacio del planeta donde los animales pueden encontrar un verdadero hogar para vivir sin miedo y morir de forma natural y donde además pueden encontrar personas que quieren ser sus amigos.
La Tierra de la Paz de la Fundación Gabriele Internacional para todas las culturas de todo el mundo, que esta logrando una reparación global de los daños causados por el ser humano, está amenazada por un proyecto de carreteras que no tiene sentido y que lo destruiría todo. Tu voz, tu firma, puede ayudarnos mucho. Entra en la Web y apoya la iniciativa de recogida de firmas para evitar que este maravilloso proyecto sea dañado.
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