Rosario tierra de la bandera argentina

Tiene un clima templado y es punto neurálgico de comunicación entre países del Mercosur. El calado del río Paraná que atraviesa la ciudad, permite que buques de todo tipo salgan de Rosario con carga completa, haciendo de la ciudad punto importante de conexión hacia el sur de Brasil, Bolivia y Paraguay, que junto al Gran Buenos Aires y La Plata, representan el 86,5% de la actividad industrial y comercial de América del Sur.

A orillas del río Paraná, creció siempre de la mano de su puerto, receptor de la riqueza agrícolaganadera, una pampa sin fin que es fértil y generosa. Su entorno  muestra  galerías selváticas con una variedad de especies arbóreas. Especialmente original es el Alto Delta, donde riachuelos, lagunas, esteros, selva y ubérrimas islas de gran belleza por su vegetación tropical, son todo el año un marco ideal para el descanso y para el disfrute de la navegación o el baño en sus playas.

Bordea la ciudad de Rosario el río Paraná, que en lengua guaraní significa “pariente del Mar-hijo de la Lluvia “que fue y es protagonista de la vida de la urbe, sin cuya existencia no sería posible la vida de esta población. Otra importante zona que el viajero debe conocer e La Costanera, sector recreativo, bañado de diferentes matices, como los clubes náuticos deportivos que se suceden unos a otros mostrando su gran diversidad de actividades, como excursiones en barco por el río, competiciones y regatas, que habitualmente se realizan en todo tipo de embarcaciones, algunas de ellas como el Catonaje, en la que eran expertos navegantes los indígenas Charras y Querandíes que habitaron amplias zonas del Delta.

Sorpresa produce el barrio residencial Alberdi, con magníficas y lujosas mansiones rodeadas de jardines. A ello se suma el Parque España Complejo Cultural, compartido por la Municipalidad y el gobierno español, situado sobre el río rodeado de una jardinería simbólica que alude a la confraternidad argentina-española. En este recinto se encuentra también situado el Colegio Español, el teatro, un anfiteatro y cinco túneles reciclados como salas de exposiciones.

El Parque Independencia, alberga el Museo de Bellas Artes, el Museo Histórico Provincial y el Museo de la Ciudad, además de un gran lago artificial que exhibe en el centro la fuente de Aguas Danzantes, con un original espectáculo de agua, luz y sonido.

Las universidades de Rosario de nivel superior son las más importantes del país, tanto en cantidad de carreras como en lo que se refiere a alumnos matriculados. Además la ciudad es sede de exposiciones y congresos, como el que bajo el nombre “ De Rosario al Mundo”, “Exposición del Mercosur e Internacional de Turismo, Hostelería y Gastronomía de la ciudad de Rosario”, se realizan frecuentemente. Los más destacados encantos de esta ciudad se encuentran en su casco histórico, como el “Mercado de las Pulgas” marcado por la artesanía indígena, los Parques y Museos, así como el Planetario, con instalaciones que permiten la observación de las constelaciones del firmamento austral, así como una muestra del cielo en la época del descubrimiento de América.

Lo verdaderamente llamativo de Rosario es el gran Monumento a la Bandera, que recuerda que sobre las Barrancas del río Paraná se izó por primera vez, el 27 de febrero de 1812, la Bandera Nacional, creada por el general Manuel Belgrano, prócer argentino que imitó del cielo sus colores, celeste y blanco, que desde entonces representa a la Nación Argentina.

Para conmemorar aquella fecha en el mismo enclave, desde el año 1957 se alza un magnífico monumento, nave imaginaria que representa a la Patria siendo visitada su Galería de Honor, donde se encuentran depositadas las Argentina avanzando en el mar de la eternidad. La Torre de 70 m de altura rememora la gesta de Mayo de 1810, banderas de América, espíritu de confraternidad entre los pueblos americanos. Un Auditorio al aire libre junto al Monumento, es lugar habitual para conciertos, eventos, manifestaciones políticas, religiosas o históricas. La fiesta más significativa representa la gran afluencia migratoria, junto al río Paraná, comenzando el verano y con noches perfumadas por la flor del jacarandá, es marco ideal del Encuentro y Fiesta Nacional de las Colectividades, con la presencia de 40 regiones del mundo, que hacen posible un incomparable marco, con bailes autóctonos, música, coloridos vestuarios, venta de artesanía, gastronomía y productos típicos de cada nación. Los hijos y los nietos de los esforzados y valientes inmigrantes, aunque se sienten argentinos, no renuncian a la tradición de sus mayores y disfrutan de estas celebraciones que les acercan a sus tierras de origen que muchos no conocen, pero que aprenden a amar, conservando sus costumbres.

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(*)María Rosa Jordán es Relaciones Públicas de Prensa Iberoamericana