Uno de los procesos más frecuentes en el ámbito industrial es la soldadura, la cual consiste en la unión de distintas piezas de termoplástico o metal, para la obtención de un nuevo material. Esta fijación de materiales se da por la intervención de otro, a través de la generación de calor óptimo, que se obtiene de un arco eléctrico.
La soldadura es un proceso de suma importancia en la industria, ya que es una técnica factible y rápida de unir piezas, que aunque es muy económica, ofrece gran calidad y durabilidad, dependiendo obviamente, del recurso humano capacitado para cumplir la labor de manera óptima.
No solo se utiliza la soldadura para el ensamblaje de piezas, sino también para la reparación. Una de sus ventajas más importantes es que, por lo general, no hay límites en lo que respecta al ambiente de trabajo, es una técnica que se puede aplicar al aire libre, en condiciones de cero gravedad, incluso, bajo el agua.
Existen diversos tipos de soldadura que se pueden adaptar al trabajo en muchos campos, pero entre las más conocidas están la soldadura MIG (soldadura de gas protector de metal) y la TIG (soldadura con gas tungsteno); ambas se corresponden a procesos realizados con arco.
Principales diferencias entre TIG y MIG
Son varios los aspectos que diferencian a ambos tipos de soldadura, uno de estos es en lo referido a los electrodos. La soldadura TIG usa electrodos de tungsteno, los que no se consumen durante el proceso; mientras que en la técnica de soldadura MIG se utiliza un electrodo de metal, que sí se consume, y que cumple una función como material de relleno durante el proceso.
De hecho, esto último mencionado es otra de las diferencias. Como se mencionó, la MIG usa el electrodo de metal como material de relleno, mientras que en la soldadura TIG se requiere el uso de un material de relleno en forma de alambre o varilla por separado, el cual no se consume.
En lo que respecta al grado de dificultad, en la soldadura TIG este es mayor, ya que se tiene que vigilar que haya tolerancias entre sus diversos componentes, como varilla de relleno, electrodos, piezas de trabajo, lo cual no ocurre con la MIG.
En cuanto a los usos, también hay algunas diferencias. En el caso de la soldadura MIG, esta se creó para trabajar con materiales no ferrosos, aunque se puede aplicar también en piezas de aluminio y acero. Para realizar soldaduras con esta técnica, se puede trabajar de forma manual, semiautomática y automática, y en cualquier posición, tanto para espesores medios como pequeños. Es un proceso muy versátil, se puede depositar en todas las posiciones y a gran velocidad.
En el caso de la soldadura TIG, es aplicable a gran cantidad de metales, casi todos, desde aluminio y acero, hasta las más exóticas aleaciones. Se utiliza además con magnesio y materiales que sean sensibles a la oxidación. Su uso es muy frecuente cuando las piezas deben hacerse de lado y se requiere rematar el trabajo con soldadura.
Con este proceso se obtienen cordones más dúctiles y resistentes, además, permite obtener una soldadura más uniforme y limpia. La soldadura TIG es ideal cuando se requiere soldar un metal de espesor delgado, y su acabado es resistente y fuerte a la corrosión.
Una de las más importantes ventajas de este tipo de soldadura es que se puede automatizar, es decir, se puede controlar de forma mecánica la pistola y el metal. Adicionalmente, hay que destacar que, dependiendo del material a soldar, se puede usar corriente continua o corriente alterna.
En cuanto al gas utilizado, en la soldadura TIG se usa argón, y en algunas ocasiones, se emplea el helio. En el caso de la MIG también se utiliza argón, pudiendo ser mezclado en algunas oportunidades con dióxido de carbono.
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