Después de todo, resulta imposible estar controlando absolutamente todos los movimientos de quien se desempeña dentro de la firma, y eso significa o bien contratar a alguien para que se encargue específicamente de esta tarea, o bien buscar soluciones en las más novedosas innovaciones.
En tal sentido, han estado apareciendo últimamente algunas respuestas a las preguntas más comunes de empresarios y emprendedores, como la tarjeta desmaterializada, que no es otra cosa que una tarjeta virtual para cada colaborador de tu proyecto, que te permitirá ver sus erogaciones.
En efecto, una tarjeta desmaterializa no sólo simplifica los pagos en Internet, y ayuda a que comprar sea un proceso absolutamente seguro cuando lo realizamos desde casa, sino que además te permite otorgar una a cada colaborador, con presupuestos asignados y otras configuraciones que podrás personalizar, asegurándote de que cada uno de tus hombres de confianza ya no te necesite.
Es decir, estas personas de las que te fías, y que por algo forman parte de tu negocio, podrán realizar los movimientos que hacen falta para la continuidad de tu cadena de productos o servicios, sin que tú tengas que estar encima de ellos, en todo caso haciendo un relevamiento posterior de la acción.
Tan interesante es el aprovechamiento de estas herramientas que provee la tecnología, que son más de 5.000 las empresas que confían en proveedores de tarjetas desmaterializadas como Expensya, valoran la posibilidad de ofrecer independencia al empleado o trabajador, y ganar eficiencia.
Estas tarjetas, que fomentan la autonomía de los colaboradores con presupuestos propios, conserva igualmente el control de esta sección de tu firma para las altas esferas, que serán las que evalúen cada erogación y el resumen de cuenta antes de liberar la siguiente partida de presupuesto.
El sistema, que tiene instrumentos que certifican que se cumpla la política de gastos de la compañía, mediante una conciliación contable integrada, es asimismo una fuente de tranquilidad en la medida en que las partidas son limitadas, y un intento de fraude no afectará la cuenta bancaria empresarial.
Y ya que hablamos de límites, se pueden generar tantas tarjetas virtuales como las que se necesiten, evitando caer en esos interminables trámites e insoportables burocracias, que no hacen más que demorar los procesos internos de un proyecto, atentando contra la concreción de objetivos.
Finalmente, el colaborador no sólo percibe la confianza de quien le ha contratado, sino que además duerme con la paz de no tener que estar manejando grandes cantidades de dinero ajenas, sintiendo que cualquier problema representará un perjuicio para toda la organización. Con estas tarjetas, solamente hace falta reportar su pérdida y generar una nueva, sin inconvenientes.
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