www.euromundoglobal.com

Opinión: “Mi Pequeño Manhattan...”

Nuestro presente y nuestro futuro. La fe en Cristo. La teoría del anima separata. La escatología

  • A Sera, más que una amiga, a la que tanto debo.

Por Germán Ubillos Orsolich
domingo 20 de marzo de 2022, 02:01h

19MAR22 – MADRID.- Preocupado por nuestro futuro, recientemente he publicado el libro titulado “El mundo de lo Invisible”, y en efecto, el mundo de lo invisible existe y es estudiado por la metafísica. Existe el mundo de lo invisible o mundo inmaterial y que es anterior a este, y el mundo de lo visible.

Al mundo de lo invisible pertenece Dios, y los Ángeles. De la Santísima Trinidad o deidad divina, dos de sus personas pertenecen al mundo de lo invisible, el Padre y el Espíritu Santo; por el contrario el Hijo se ha materializado de tal manera que pertenece al mundo de lo visible o mundo material y simultáneamente al mundo de lo invisible.

Nuestros padres, abuelos y ancestros, desde el Homo Neandertal al Homo Sapiens, están o son en el mundo de lo invisible aguantando como pueden en ese espacio temporal llamado del “anima separata”, esto es, el alma separada del cuerpo. Pero ese alma se encuentra anhelante y deseosa de reunirse con su cuerpo, para formar así esa unidad que tenemos los llamados vivos. Para que eso ocurra Cristo tiene que volver a La tierra, tiene que descender de los cielos a los cuales ascendió hace más de dos mil años.

Algunos apóstoles pensaban que ese descendimiento sería muy rápido, pero no ha sido así; sencillamente porque han pasado más de dos mil años y Cristo aún no ha descendido del cielo “para juzgar a los vivos y a los muertos”. Es de esperar que Cristo será benévolo en su juico, porque si no vamos de ala. Pero de hecho aún no ha regresado.

Yo como creyente estoy convencido de que regresará, y en ese interín radica la tragedia humana, explicada perfectamente por San Agustín y Santo Tomás de Aquino, y también por algunos novelistas como Albert Camus y Jean Paul Sartre, mis predilectos y maestros.

Pero claro, como creyente que soy mientras Cristo no descienda, no regrese, estamos hechos la pascua. Nos alimentamos con la fe, con las Sagradas Escrituras en particular con el llamado Nuevo Testamento, y con los Sacramentos.

Al descender Cristo “en cuerpo y alma” tendrá lugar la Parusía o el fin de este mundo corrompido. Y los cuerpos de los difuntos saltarán materialmente de sus sepulturas para unirse con sus almas o ánimas que esperaban en el mundo de lo invisible. Porque cuando Cristo en la cruz dijo al llamado buen ladrón, “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”, se refiere a su alma o ánima, no a su cuerpo.

A parte de Lázaro, el hijo de la viuda de Naím y algunos otros, solo Cristo ha resucitado de entre los muertos. Los demás, los miles de millones o billones de difuntos, sus cuerpos, permanecen en sus sepulturas aunque sus almas puedan disfrutar de la presencia de Dios.

Es lo que yo llamo el tren de alta velocidad en el que caminan hacia la presencia luminosa e inefable del Padre.

Entonces falta la venida de Cristo, su descenso de los cielos, la resurrección de los muertos o Parusía y la vida del mundo futuro o “vida perdurable”.

¿Qué es la vida perdurable?. Es la vida luminosa e inefable para no morir jamás, aquella a la que estamos llamados todos desde que salimos del paraíso donde fuimos creados por el Padre eterno y donde no íbamos a morir.

Por la redención del Hijo hecho carne, muerto y resucitado, estamos llamados a la vida eterna de nuevo, a no morir jamás en ese Nuevo Valle semejante al paraíso primigenio. Lugar beatifico de descanso, de paz, y de contemplación de Dios; y lugar también del reencuentro con nuestros padres, nuestros abuelos, hermanos y demás seres queridos.

Esa es la teofanía que nos promete el Credo, la oración básica cristiana junto con el llamado Padrenuestro.

Así, que así estamos; unos los vivos, que estamos aquí, y otros los llamados difuntos, que no lo son puesto que la muerte no existe. Una vez nacidos no morimos ya jamás, vamos empaquetados al “mundo de lo invisible”; en esa espera, en nuestro caso de más de dos milenios, hasta que Cristo vuelva a descender desde donde ascendió.

Se habla del fin del mundo. ¿Cuándo será esto?.

Cristo en su vida terrestre nos dijo que nadie lo sabe, ¡ ni él mismo lo sabe, solo el Padre, Jehová, que está en el cielo ¡

Pero esto es lo de menos. Claro es que es inquietante, pero a mí personalmente no me inquieta, pues sé a pies juntillas que va a ocurrir.

Y en esas estamos, queridos, en este intervalo que no tragedia, como decía Shakespeare, Sartre y compañía, ya que “la muerte no existe”, y por lo tanto todo el juego literario y filosófico es eso, un juego, solamente un juego.

Sé que los escritores estamos jugando, así como los filósofos, los pintores o los músicos. En algo nos tenemos que entretener.

Lo demás, lo importante está ya escrito, y se va a cumplir inexorablemente.

Mientras tanto el universo material de las galaxias sigue girando y girando, y es sencillamente el decorado al que se han dedicado a explicar y a describir desde Copérnico y Kepler, Newton y Galileo, hasta Einstein y Stephen Hawking.

Germán Ubillos Orsolich

Germán Ubillos Orsolich es Premio Nacional de Teatro, dramaturgo, ensayista, novelista y escritor.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (24)    No(0)

+
0 comentarios
Portada | Hemeroteca | Índice temático | Sitemap News | Búsquedas | [ RSS - XML ] | Política de privacidad y cookies | Aviso Legal
EURO MUNDO GLOBAL
C/ Piedras Vivas, 1 Bajo, 28692.Villafranca del Castillo, Madrid - España :: Tlf. 91 815 46 69 Contacto
EMGCibeles.net, Soluciones Web, Gestor de Contenidos, Especializados en medios de comunicación.EditMaker 7.8