www.euromundoglobal.com

Opinión: “Mi Pequeño Manhattan...”

Soñar. Volver a vivir

  • A mis amigos Juan Zornoza y Juan Ignacio Vera.
  • Y también, a mi hermano Enrique.

Por Germán Ubillos Orsolich
viernes 04 de marzo de 2022, 00:43h

04MAR22- MADRID.- Era un día luminoso, me hallaba en el mismo lindero del bosque nacional de “La Herrería”, patrimonio de la humanidad, cuando se me ocurrió llamar por mi móvil a mi querido Juan Zornoza, amigo desde antes de nacer, cuando los dos, como hermanos, nos encontrábamos aún en el vientre de nuestras madres.

Pues bien; se me ocurrió que fuéramos a un lugar inigualable, al “Parador Nacional de Las Cañadas del Teide”.

Era un lugar lejano, necesitados de un puente aéreo, pero en el mundo de los sueños todo es posible, y por eso podíamos llegar hasta el lugar conduciendo los automóviles.

La discusión o disputa era entre “Juanito” y yo. Así la llamada consistía en si fuéramos en su coche o en el mío, o por el contrario utilizar ambos automóviles.

Casi sin sentir comencé a aspirar el aroma de los pinos, de la Laurisilva prehistórica, de los sauces y de los abetos cercanos al parador y de las jaras, y pude ver con los ojos que un día comerán los gusanos la grandeza majestuosa del monte – volcán llamado El Teide, el pico más alto de España y uno de los volcanes adormilados más grandes del mundo.

Papá, por otro lado enfundado por el fresco en su gabardina gris clara, veía en toda su nitidez el hermoso Parador con el Roque Nublo tan cerca que parecía bambolearse -hacia los tres mil metros de altura-, y su pequeña piscina con forma de riñón (era la moda entonces) y sus vetustas fachadas de maderas de pino dorado, iluminadas por el sol estratosférico del medio día y el aire purísimo y azul.

Entretanto Juanito y yo, seguíamos discutiendo si llevaríamos uno o dos coches.

Era tan intenso todo, tanta luz, tanto color, que disfruté enormemente de esa segunda vida, pero de pronto estaba así discutiendo con los móviles en la entrada al Parque Nacional de la Herrería junto al Monasterio que diera nombre al pueblo, cuando mi mujer de pronto levantó bruscamente la persiana del dormitorio y me encontré en la triste realidad de mi vida cotidiana.

Sentí la decepción más grande de mi vida, y es que mi vida era el sueño, y el sueño era mi vida. ¿Quién era entonces por lo tanto yo?, ¿qué podía esperar de mi presente y de mi futuro?.

Mi hermano Enrique me ensalza siempre el futuro, y es regalo de Dios que el discutidor hermano con nombre de rey, incluso del rey del filme y de la obra de Jean Anouilh, “Beckett o el honor de Dios”, estuviese aún vivo y pudiera vituperarme a los cuatro vientos; pero mi sueño del Teide, del Roque Nublo, del inefable Valle de Ucanca, que al decir de muchos que será escenario del Juicio Final o Juicio Universal - , se quede ahí como un sueño; ¿ Pero no será ese sueño la feliz e inefable realidad, y ésta realidad triste y penosa el sueño?.

No lo sé; se lo preguntaremos a Calderón de la Barca que de eso sabía mucho, a ver si será suficiente mi andador o necesitaré coger una aeronave en el aeropuerto “Adolfo Suarez – Madrid Barajas”, para llegar hasta el “Valle de la Orotava” en la isla de Tenerife, y contemplar de cerca el Teide majestuoso y mi inolvidable Valle de Ucanca.

Germán Ubillos Orsolich

Germán Ubillos Orsolich es Premio Nacional de Teatro, dramaturgo, ensayista, novelista y escritor.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (22)    No(0)

+
0 comentarios
Portada | Hemeroteca | Índice temático | Sitemap News | Búsquedas | [ RSS - XML ] | Política de privacidad y cookies | Aviso Legal
EURO MUNDO GLOBAL
C/ Piedras Vivas, 1 Bajo, 28692.Villafranca del Castillo, Madrid - España :: Tlf. 91 815 46 69 Contacto
EMGCibeles.net, Soluciones Web, Gestor de Contenidos, Especializados en medios de comunicación.EditMaker 7.8