La canasta familiar incluye por lo general, todos los gastos básicos de una familia para su normal subsistencia y aquí entonces, incluiríamos productos de limpieza, alimentación, higiene personal, ocio, ropa, calzado, medicamentos, material escolar e incluso, material audiovisual.
Esto ha sido así desde siempre si bien en términos generales y desde hace algunos años, en virtud de tendencias y campañas publicitarias, en el común término medio del consumidor se ha dado más importancia a un componente de esta “canasta familiar básica”y nos referimos específicamente, a los productos que se incluyen en la “cesta de la compra” del supermercado donde el protagonismo del gasto y consumo lo tiene el rubro de alimentación y productos del hogar.
Este medidor de la economía familiar no ha estado exento de cierta controversia desde que comenzó a ser un referente para economistas, empresas e incluso, para el propio consumidor por la disparidad de criterios en un principio, acerca de cuales deberían ser los productos básicos y elementales a incluir en la llamada cesta de la compra, disparidad que continuó hasta conseguirse una suerte de acuerdo unánime entre los distintos participantes en el sentido de que la lista o relación de productos esenciales a considerar en la cesta básica de consumo familiar, debía estar en estricta consonancia con el lugar geográfico donde este medidor de la economía familiar se aplique ya que quizás no fueran los mismos productos básicos a considerar en una región o país, que en otro.
La canasta familiar del supermercado en un país como Colombia por ejemplo, es con seguridad diferente a la misma que pueda tomarse como referencia en España ya que ciertos productos en razón de ser originarios de uno u otro lado, pueden resultar con diferentes valores económicos y volúmenes de consumo en uno u otro lugar y una muestra de esto podría ser por ejemplo, el café, producto nacional en Colombia y de importación en España motivo por el cual, los precios del mismo pueden ser: muy acomodado en un lado (Colombia) y relativamente caro en el otro (España). Otro ejemplo similar sería el aceite de oliva, producto del cual España es uno de los principales exportadores del mundo y que con seguridad en Colombia, alcanzará precios más elevados proporcionalmente, a los habituales en España.
Entonces, ante esta disparidad de precios entre unos productos y otros, las grandes cadenas de supermercados han procurado estandarizar algunos productos indispensables con el fin de conseguir precios asequibles al conjunto de la canasta básica por cuanto la misma, ocupa una parte muy importante del total del dinero que constituye el ingreso de una familia media.
La competencia entre los distintos operadores del mercado ha dado como consecuencia que la canasta familiar haya conseguido regularse manteniendo unos precios que están en consonancia con la economía media del país al tiempo que las grandes cadenas de alimentación procuran sugerir al consumidor las mejores prácticas y usos para conseguir el máximo rendimiento al dinero destinado a la compra familiar, evitando comprar productos innecesarios o de precios más altos debido a la estacionalidad y recomendar por ejemplo, una cuidada planificación de la comida familiar en función del mayor aprovechamiento de los insumos comprados, evitando comprar por encima de las necesidades de consumo ya que esta práctica, además de lesiva a la economía familiar, genera desperdicio de alimentos y mayor consumo de recursos tales como gas y electricidad.
Los supermercados suelen recomendar en sus mensajes publicitarios, una buena planificación de los productos a adquirir semanal o quincenalmente con cuidada elección del establecimiento, siendo recomendable en toda ocasión, hacer una comparativa de precios entre dos o tres posibilidades, lo que redundará a la larga en mayor calidad de compra y en un ahorro significtivo de dinero en tan importante (e inexcusable) partida de gastos.
(CN-14JI)
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