www.euromundoglobal.com

Opinión: “Mi Pequeño Manhattan...”

De Paquito Fernández Ochoa a Queralt Castellet, plata Olimpica en Pekin

Por Germán Ubillos Orsolich
viernes 11 de febrero de 2022, 22:26h

11FEB22 – MADRID.- Es tremendo y maravilloso a la vez pensar que las cinco medallas olímpicas de invierno, en la nieve, conseguidas por España, se deben a héroes que han luchado en solitario. Paquito, al que tuve el placer de conocer y de tratar, así como a su hermana la inolvidable Blanca Fernández Ochoa, terminando por la catalana de 32 años, Queralt Castellet, han tenido que luchar solas y solos, abandonados prácticamente de la mano de Dios, quiero decir del Gobierno de sus país de origen.

Después viene el oro, la plata y el bronce, y salen en los medios y en la televisión, y España se gloría de tenerles en el podio de los mejores del mundo, ¿pero ha hecho algo por ellos la España oficial?. Nada.

Cuando se cumplieron 50 años desde que obtuviera el Premio Nacional, y aún vivo, un servidor solicitó de los organismos oficiales la reposición de la obra en cuestión, la respuesta fue contundente y lacónica: El silencio total. Nada.

Ahora la mundialista degustando el aplauso mundial sonríe feliz representando a su país en Snowboard halfpipe, y dar a España el quinto metal en la historia de unos “Juegos de Invierno”, como Paquito obtuvo el Oro en Sapporo en 1972.- Blanca Fernández Ochoa en Albertville en 1992, también en eslalon alpino.- Regino Hernández en Snowboard cross, en Pyeoghan, el año 2018.- Javier Fernández el bronce, en 2018, en patinaje artístico; y Queralt Castellet, la medalla olímpica de plata, ahora.

Todos tuvieron un pasado muy duro de abandono oficial. Los Ochoa tuvieron de maestro la nieve de nuestra modestísima Sierra de Guadarrama. Blanca, a la que también conocí y traté personalmente, elegiría para morir, precisamente, después de besar la estatua de su hermano erigida en Cercedilla, el alto del Guadarrama, cerca de Siete Picos. Tenía una modesta pensión de mileurista y padecía de fuertes depresiones clínicas.

En mi caso concreto no me puedo quejar, fui apoyado en todo momento por el denostado antiguo régimen; pusieron los medios informativos a mi disposición la Agencia de Noticias “Pyresa” y el Diario “Arriba” de entonces. Javier Lostalé, en radio Nacional y Javier Gregori en la cadena SER se volcaron conmigo, y mi obra premiada se paseó por la Red Nacional de Teatros en olor de multitudes. A pesar de ello me pesqué una depresión endógena de alivio, porque la fama te puede matar si no la asimilas y pones los medios a tiempo; pero no terminé ni como Blanca, ni como su primer entrenador y pareja, ni como tantos otros.

Vamos a ver qué ocurre con la Castellet. Primero perdió a su pareja y entrenador como he contado. Después tuvo que hacer las maletas y de tripas corazón lanzarse y autofinanciarse una huida a los Estados Unidos y las Montañas Rocosas en busca de la nieve. (Téngase en cuenta que necesitan entrenarse sobre ella todos los días del año). Después a Nueva Zelanda a por la nieve también, cuando todos en el hemisferio norte sudábamos tinta los veranos del cambio climático. Más tarde se iría a Laax (Suiza), donde tiene instalada ahora su base europea.

El año pasado, para seguir creciendo, fichó como entrenador al doble medallista olímpico Dany Kaas; y así sucesivamente. Ella solita, en un país sin tradición en esa modalidad, se siente pionera y la primera en muchas otras cosas, como ocurrió con nuestro inolvidable Paquito Fernández Ochoa, que sería después recibido en olor de multitudes por el Jefe del Estado.

Para conseguir algo así, como ha conseguido Queralt Castellet, se necesita mucho dinero, mucho esfuerzo, y todo el tiempo del mundo; una dedicación constante durante horas, días, meses y años, no pensar en otra cosa. Pensemos por ejemplo en nuestro Federico Martín Bahamontes, tan escuálido y enjuto, en una España pobre y depauperada; y él allá, en el podio, en el “Parque de los Príncipes”, en lo más alto. Es algo que me estremece y produce escalofríos.

Una música lejana acaricia mis oídos, es como la canción Lili Marlene del filme “El ángel azul”. Flotando en ella llegan las voces con eco de Paquito, de Blanca, de Regino y de Javier. ¿Qué ocurrirá ahora con la sonriente Castellet?. No lo sé.

La veo fotografiada con un balón entre las manos, rodeado éste de un tupido laurel de oro macizo.

Deseo lo mejor para la sonriente campeona olímpica que posa entre laureles, como también lo estuvieron Paquito, Blanca, Regino y Javier. Conservo sus fotos, pero mi deber a mis 78 años cumplidos, es susurrarle al oído desde éstas páginas en las que escribo: “Recuerda que eres mortal”.

Te llegará un día que no podrás hacer virguerías sobre la nieve, que la única virguería que te quedará es “La memoria de Dios”, ese que nunca olvida, ese que estará a tu lado cuando cruces el umbral misterioso y oscuro de lo que llaman la muerte, el camino hacia la montaña cubierta de tu amada nieve que nunca se fundirá.

Germán Ubillos Orsolich

Germán Ubillos Orsolich es Premio Nacional de Teatro, dramaturgo, ensayista, novelista y escritor.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (21)    No(0)

+
0 comentarios
Portada | Hemeroteca | Índice temático | Sitemap News | Búsquedas | [ RSS - XML ] | Política de privacidad y cookies | Aviso Legal
EURO MUNDO GLOBAL
C/ Piedras Vivas, 1 Bajo, 28692.Villafranca del Castillo, Madrid - España :: Tlf. 91 815 46 69 Contacto
EMGCibeles.net, Soluciones Web, Gestor de Contenidos, Especializados en medios de comunicación.EditMaker 7.8