La calidad del texto, es complementada con la admirable interpretación de la actriz Maty Gómez, que se mete en la piel de una actriz llena de recelos, luchas y resentimientos.
Bajo la dirección sobria y segura de José Fuentefría y la codirección de Arístides Naranjo. Con un juego de luces apropiado a cada instante acompañado de una música que nos insinúa en cada momento la situación en la que se encuentra el personaje. El público salió complacido de ver lo que es teatro de verdad, del bueno y auténtico.
Está visto que el teatro de ese país admirable que se mantiene en la órbita comunista, es mejor que el de muchos piases llamados capitalistas, pero más degenerados y mediocres.
Germán Ubillos Orsolich y Ángel Borge Cervelló.