El blackjack es uno de los juegos más populares en el mundo de los casinos, ya que es uno de los pocos juegos en los que se puede utilizar la habilidad para obtener una ventaja sobre la casa; aunque, tampoco es de extrañarse que tuviera cosas ocultas que muy pocas personas saben. No importa si eres nuevo en el blackjack, o si llevas años jugando, estamos seguros que en este post vas a leer al menos un dato que no conocías.
Blackjack
Puede que sea lo más obvio, pero ¿sabías que el blackjack debe su nombre a una de las cartas del juego? En los inicios del blackjack, el juego no tenía mucha fama. Para aumentar la popularidad de juego, los casinos empezaron a dar bonos a los que tenían un as y una jota de picas. De ahí el nombre de blackjack, ya que la jota de pica en inglés se llama black jack.
La peor mano
La peor mano en el blackjack es una mano de 16 puntos. Esto se debe a que al jugar esta mano se necesita sacar una carta de 5 puntos, para conseguir 21. Cosa que es poco frecuente, ya que las cartas con un valor de 10 puntos son las más frecuentes.
El origen de la caja llamada zapato
Otro aspecto fascinante del blackjack es el nombre de la caja que contiene las barajas antes de que las reparta el crupier, que suele conocerse como "zapato". En la década de 1950, el dispositivo se introdujo por primera vez en Cuba, para evitar las trampas en el juego y dejar que los crupieres ayudaran a los jugadores a ganar, a cambio de un gran pago. Como el dispositivo original tenía forma de zapato de mujer con un tacón alto, se le llamó zapato. Las cartas en el zapato se barajan antes de colocarlas en él para poder utilizarlas en el juego. Gracias a este artilugio, no hay posibilidad de hacer trampas al repartir las cartas, ya que garantiza una total transparencia entre el crupier y el jugador.
Las incontables prohibiciones del blackjack
El juego ha sido prohibido en varias ocasiones a lo largo de la historia en diversos países. Por ejemplo, en Suiza, la primera prohibición conocida se impuso en 1367. Sin embargo, la prohibición de Nevada en 1910 ha resultado ser la que ha dejado una huella. Esto supuso un duro golpe para los habitantes de la región, que antes era conocida como la ciudad del juego. La prohibición no duró mucho, ya que el dinero no se quedó dentro de las fronteras del estado, sino que fue a parar directamente al bolsillo de criminales, por los juegos ilegales que se hacían.
El salón de la fama del juego
El Casino Barona de San Diego, California, tiene el Salón de la Fama del popular juego de cartas. El Salón de la Fama se creó en 2002 con el objetivo de honrar a los siete mejores jugadores profesionales de blackjack de toda la historia. Los miembros del Salón de la Fama son también expertos y escritores de libros sobre el blackjack. En los primeros años se incorporaron dos nuevos miembros, pero desde 2008 sólo se incorpora uno cada año. Los beneficios y ventajas de ser miembro del club incluían comida, bebida y alojamiento gratuitos de por vida en el hotel casino Barona. Sólo se aplicaba una condición a los miembros: no se les permitía jugar al blackjack en ese hotel.
El juego tiene más de un premio Guinness
El blackjack tiene 2 curiosos premios Guinness: el crupier con más tiempo repartiendo cartas, 52 horas y la mesa de blackjack más grande del mundo. El crupier con el mayor tiempo de reparto fue Stephen de Raffaele, que trabajaba en un casino en Malta, y repartió cartas durante 52 horas, con descanso de 15 minutos cada 8 horas. En este tiempo, tuvo que repartir más de 100.000 manos.
La mesa de blackjack más grande del mundo se encuentra en el Casino Viejas, en California del Sur, mide 206,85 metros. Lo más curioso de esta mesa es que para contrarrestar su gran tamaño, también las fichas y las cartas eran gigantes. Sin embargo, ¡Las ganancias no eran tan grandes como la mesa!
Aunque el juego ha sido prohibido varias veces, sigue siendo muy popular y merece la pena. En 2011, el blackjack fue jugado en casinos de todo el mundo casi 2.000 millones de veces por más de 37 millones de jugadores. Las apuestas fueron enormes: ¡58.000 millones de dólares! No es de extrañar que nos encante jugar a este juego de cartas.
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