Freeman Sóter (Madrid, 1964) es el seudónimo con que el autor se dio a conocer literariamente, un autor que reside y trabaja en la ciudad donde nació. Él mismo explica así la novela en la Nota de autor que antecede al prólogo:
“El robo de unos cuadros, el amor de una pareja y la traición de la amistad se entremezclan, dando sentido a los hechos narrados. Entre estas páginas encontraremos a un individuo meticuloso que trabaja y cumple de la mejor manera, porque su profesión le gusta y, en cierto modo, le satisface, pero necesita embarcarse en desafíos al margen de la ley. También nos vamos a encontrar a ese hombre solitario que tiene sed de amar y, en esa búsqueda encuentra a alguien especial: una mujer decidida a descubrir su propio camino, un destino marcado de antemano que no repara en nada y se cobra su propio precio. Finalmente encontramos a un artista, un pintor, cuyo error fue pintar el fruto del amor: el retrato los separó y el tiempo los unió”.
“Yo soy tuyo y tú eres mía; de ello puedes tener la certeza. Tú estás encerrada en mi corazón; la llave se ha perdido y deberás quedar dentro eternamente.” Con estas palabras de Wezner Von Zegernesee, se abre la novela que nos lleva por vericuetos y nos habla de pintura y Museo del Prado, en una trama que capta.