Actualmente, las clínicas de cirugía estética están viviendo un nuevo crecimiento gracias a la preocupación por el bienestar corporal, no solo a nivel estético, sino también a nivel salud.
Una intervención bastante más habitual de lo que se piensa es la que tiene que ver con la elevación de senos, sobre todo en mujeres que no solo han tenido embarazos sino largos periodos de lactancia.
Pese a que se cifra en más de 19.000 intervenciones anuales el aumento de pecho, cada vez son más las mujeres que deciden también pasar por quirófano para realizarse una elevación que permita mejorar la postura, mejorar la imagen del escote y volver a darles la confianza perdida con el paso del tiempo.
Normalmente, la mastopexia o elevación de senos es una intervención sencilla que se recomienda para aquellas mujeres que, bien por la edad, la pérdida de elasticidad de la piel o los embarazos y épocas de lactancia, han visto cómo su pecho se ha quedado algo descolgado.
Después de un examen con un profesional en el que se pregunta el estado de salud y se revisa el estado del pecho, se puede empezar a informar de en qué consistirá la intervención y cómo quedaría tras la intervención, algo imprescindible para que la paciente entienda cuáles serán los resultados reales, el tiempo de intervención y el tiempo que necesitaría de postoperatorio.
En sí, la intervención no duraría más de 2 horas y consistiría en elevar el pezón y areola tras retirar parte de la piel sobrante. En algunos casos, dependiendo de la forma del pecho, sería recomendable incluir alguna prótesis de relleno para evitar la sensación de hueco.
Tras eso, en aproximadamente unas 24-48 horas, la paciente podría estar comenzando con tranquilidad su vida normal, aunque sí debería evitar coger peso o hacer esfuerzos con los brazos en las siguientes 2 ó 3 semanas e incluso puede llegarse a notar más sensibilidad de la habitual hasta seis semanas después.
Pese a que son cicatrices permanentes, normalmente la pericia del profesional, que también es médico estético, hace que acaben siendo apenas perceptibles, con lo que suele ser una intervención con un alto porcentaje de aceptación y satisfacción para quienes se deciden a pasar por ella.
Después de la pandemia, han sido muchas las mujeres que han decidido dejar atrás los complejos y, dado además la facilidad de teletrabajo, han apostado por mejorar en quirófano algunos de los aspectos físicos que no les permitían estar cómodas con su cuerpo.
Sin duda, la seguridad de las clínicas de estética con profesionales de avalado prestigio ha facilitado mucho olvidarse de complejos y buscar el cuerpo que a cada persona le haga sentir a gusto consigo mismo. Se acabó el tiempo en el que era secreto. La estética es cosa de todos.