Préstamos a plazos y préstamos rápidos
El préstamo rápido es una forma de pasivo a corto plazo. No se puede dividir en mensualidades. Únicamente se puede aplazar la devolución, o reembolsarlo en su totalidad. A menudo se convierten en una carga que se va extendiendo hasta el infinito. El tiempo pasa, pero la deuda sigue siendo la misma. Es una forma de tomar dinero prestado muy desfavorable para el cliente, ya que hay poca gente que se pueda permitir devolver la totalidad del préstamo de una vez.
Los pasivos a plazos son totalmente distintos. Los créditos rápidos a plazos no suponen una carga tan grande para el presupuesto doméstico, ya que no es necesario devolver de una vez todo el pasivo y los intereses, sino que basta con pagar mensualidades determinadas. Puedes adaptar los préstamos a plazos a tus posibilidades y extenderlos durante un periodo que te permita ir pagando las cuotas mensuales.
Condiciones para la concesión de un préstamo a plazos
El préstamo a plazos se puede conseguir por internet con la misma rapidez que un préstamo rápido. Sin embargo, no tienes que devolverlo con tanta presteza. Para aprovechar la oferta de la institución financiera de tu elección, entra en su página web y rellena el formulario requerido por el prestamista. Por lo general no tienes que presentar documentos, basta con una declaración presentada online. Es importante proporcionar los datos del carné sin errores, ya que deben coincidir con los que figuran en tu cuenta bancaria.
La identidad del cliente se confirma transfiriendo un euro o un céntimo desde su cuenta a la cuenta del futuro acreedor. A continuación, solo queda esperar por la confirmación de la solicitud del préstamo y la transferencia de los fondos a la cuenta del cliente.
Una condición necesaria para recibir el préstamo es contar con ingresos fijos. La mayoría de empresas aceptan ingresos laborales o de la seguridad social (jubilaciones y pensiones). Sin embargo, hay instituciones que prestan dinero a personas que no poseen ninguna fuente de ingresos documentada o solo viven de subsidios sociales.
¿Cuándo merece la pena recurrir a un préstamo?
Los préstamos rápidos a plazos, como cualquier pasivo financiero, deben adaptarse a las capacidades de pago del cliente. Si pides un préstamo a sabiendas de que no podrás devolverlo en el plazo, cometes un craso error y puedes meterte en serios problemas. Siempre hay que comprobar el importe que puedes pagar cada mes sin perjuicio de otras obligaciones, ya que caer en una espiral crediticia es muy problemático y tiene difícil solución. Al pedir un préstamo, ten en mente este refrán: quien mucho abarca, poco aprieta.
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