Y lo curioso es que muchos de los datos verdaderos están por ahí, diseminados y respaldados por instituciones imparciales, cuya mejor solvencia radica en no tener interés directo sobre la información facilitada.
Por eso me pregunto: ¿Tan difícil es que se cree una institucional nacional que sea incontestable por su imparcialidad y sirva como referencia general para que no nos embauquen con idioteces insostenibles y dañinas?
¿Tan difícil es que los españoles sepamos a ciencia cierta cuál es nuestra posición real en la media europea? Me refiero a medias sobre sanidad, educación, protección social, empleo verdadero (no ese que se infla y desinfla con contrataciones diarias o semanales), distribución de la riqueza (1), carga fiscal por clases, aportación real a las arcas del tesoro, nivel de la desindustrialización, beneficios de las sicavs que se derivan fraudulentamente al extranjero, desertización (acabo de leer un artículo preocupante sobre la destrucción que producen los olivares, y que tendría solución tratada de otra forma), etc. etc.
¿Y tan difícil es que todos los españoles accedan a estos datos para que sepamos cuáles son nuestros problemas y las necesarias soluciones, sin que se interponga el carro de la mentira y de la manipulación?
¿Tan difícil es crear mecanismos para que estos problemas, estos datos, sus posibles soluciones, sean tan conocidos como los guías espirituales de Sálvame, por poner un ejemplo? ¿Tan difícil es que los españoles sepan que lamentablemente estamos a la cabeza de lo malo y a la cola de lo bueno y reflexionen sobre ello?
(1) He logrado encontrar sin dificultad la pirámide de la distribución mundial de riqueza (el 0,6% de población posee el 39,3% de riqueza; 7,5% posee 43,1%; 22,5% posee 14,4%; 69,3 % posee 3,3%. ); pero no lo he logrado con la nacional.
No sé dónde he leído que en Dinamarca, para enfrentar los desastres de la pandemia, se ha logrado un acuerdo económico que va en el arco parlamentario desde la extrema izquierda a la extrema derecha.
Pero claro, para eso se necesita ser realmente patriota. ¿Y lo soy si no me importa que los jóvenes sean abducidos por la indiferencia política? ¿Si no me importa que los ancianos no reciban las atenciones que por su edad necesitan y pagan? ¿Si me es indiferente que un trabajador gane 900€, pagas extras prorrateadas y pague 500€ por el alquiler de un estudio? ¿Si no sé cuántos muertos hay por causa de accidentes laborales, ni sé ni me importan las causas? ¿Si me es indiferente que las mujeres de la limpieza carezcan de la más mínima protección social? ¿Si admito como normal pensiones de 600€ después de haber trabajado como pobres bestias durante años y años?
Y aunque parezca secundario ¿cómo vamos a encontrar soluciones cuando ignoramos la importancia tecnológica de nuestra lengua, --uno de nuestros más preciados bienes, con 500 millones de miembros--, y la trufamos y destruimos con anglicismos (¡runner por corredor!) que incluso oscurecen el verdadero sentido de las ideas? ¿Cómo si cantamos sólo sus canciones, si leemos sólo sus libros, si forzamos a nuestros investigadores a que emigren, si pensamos sólo con sus pensadores, si aceptamos sin más sus manipulaciones históricas?
¿Cómo vamos a ser patriotas si nos mantenemos conformistas y acríticos si estamos incardinados en un sistema que engorda a los bancos extranjeros mediante la desnutrición de la mayoría de los países? ¿Cómo ser patriota aceptando que los estados europeos dejen su dinero a los bancos, al 1% de interés, y estos lo presten al 7%? ¿Cómo no terminar muriendo a causa del cáncer de la ignorancia y de la indiferencia?
No, no conozco a España; y lo que es peor, no comprendo la actitud suicida de los españoles. Es urgente una campaña de concienciación sobre esta situación. Simplemente se trata, insisto, de procurar que acordemos un programa nacional destinado a situarnos en la media europea en todo. ¿Tan difícil es convencer, no a los que serían los actores del programa, sino a los que los aúpan ahí?
Si (
No(
