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Castilla y León

No acaban las obras en la catedral de León
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No acaban las obras en la catedral de León

  • No acaban las obras de conservación en la catedral de León. Esta singular construcción religiosa del siglo XIII no presenta su mejor cara.

Por A. del Saja (*)
viernes 28 de diciembre de 2018, 21:58h

29DIC18 – LEÓN.- Parte de sus vistas más espectaculares se ven afeadas por los grandes andamios instalados para poder acometer hasta cinco obras diferentes en otros tantos puntos del templo por parte de la Diócesis leonesa. El deán de la Seo leonesa, Antonio Trobajo, ha señalado que la ejecución al unísono de los diferentes proyectos no afecta a los turistas en su visita interior, pero sí en la estampa exterior de la Catedral. Según él, “es un edificio vivo que necesita permanentemente cuidados".

No acaban las obras en la catedral de León

Durante nuestra última visita a finales de diciembre del año pasado, la fachada principal en la que está tapada por la lona de una andamiada en la que se explica que se está llevando a cabo la restauración de las fábricas del hastial occidental y de las vidrieras del rosetón, donde no se intervenía desde el siglo XIX.

En concreto, el más aparatoso de los trabajos es el desmontaje y la restauración de los vidriales del rosetón del pie del templo, el que se aprecia sobre el acceso principal de la Catedral, cara a la Plaza de Regla.

La financiación de los casi 400.000 euros necesarios corre a cargo de la Fundación Cepa, vinculada a la cervecera mexicana de origen leonés de la famosa marca Modelo.

El Cabildo financiará, con fondos propios provenientes sobre todo del cobro de taquilla en las visitas turísticas, el resto de los trabajos que también están en marcha. Entre ellos, el arreglo de los arbotantes y botareles que se viene ejecutando en la parte del ábside, y en la parte trasera de la Catedral, donde se suman nuevos andamios.

Al mismo tiempo, ya en el claustro, continúa el arreglo de los pináculos, una obra financiada por la Diputación de León.Por otro lado, en el interior de la iglesia, se acometerá la restauración del sepulcro de Martín Fernández, el primer obispo que puso en marcha la construcción del imponente templo leonés. Y al mismo tiempo, se terminará la actual restauración de la Capilla de los Rebolledo, situada también en el claustro.

Todo ello a la espera de la solución a la recolocación en la fachada principal de las réplicas, que serán en piedra y tamaño idéntico a las reales, de las esculturas de la fachada, a ambos lados del Locus Apelationis.

Iniciada su construcción a mediados del siglo xiii, es una de las grandes obras del estilo gótico, de influencia francesa. Conocida con el sobrenombre de Pulchra leonina, que significa 'Bella Leonesa'.

Se levantó en el tiempo record de 50 años, a falta de muchos remates exteriores, que se fueron terminando mientras estaba abierta al culto. Pero su fragilidad dio problemas muy pronto. Ya en el siglo XV hubo que reforzar los empujes de los arbotantes. A principios del siglo XVI se construyó el remate del hastial occidental en estilo plateresco, excesivamente pesado y alto. Los problemas siguieron al derrumbarse parte de la bóveda central. El quebrado hastial sur tuvo que ser reedificado, sustituyendo el hastial gótico por una espadaña barroca.

Se quiso poner remedio a estos problemas levantando cuatro grandes pináculos alrededor de la cúpula y sobre los pilares del crucero, a principios del siglo xviii, pero las consecuencias de esta intervención serían nefastas. El terremoto de Lisboa del año 1755 conmovió a todo el edificio, afectando de manera especial a las vidrieras. Se abrieron grandes grietas en la fachada sur, por lo que fue necesario cegar el triforio, desmontar el rosetón, y sustituirlo por una ventana doble geminada.

En 1844, el mal estado del edificio hizo que el Estado tuviera que acudir a su reparación, fecha en que la catedral de León fue declarada Monumento Nacional, el primero del patrimonio español. Poco después, el cabildo temió un desenlace fatal cuando en 1857 comenzaron nuevamente a caer piedras del crucero y la nave central, cundiendo el temor de una ruina total de la catedral, que se extendió por España y por toda Europa. El peligro de un total hundimiento se hacía más inminente. Para contener el deterioro del edificio y, al mismo tiempo, proceder a su reconstrucción se proyectó el sistema de encimbrado de las bóvedas altas, una complejísima trabazón de carpintería, que sirvió para sostener todos los empujes del templo mientras se procedía a la reconstrucción de toda la fachada sur y del crucero desmontados.

Se fueron sucediendo los directores de obra hasta que, finalmente, concluida la restauración, en 1901 la catedral fue reabierta al culto. Ya no era un edificio en peligro, sino que había recobrado el esplendor del gótico, principalmente con la sustitución de los hastiales oeste y sur y la eliminación de la cúpula barroquizante.

La gran restauración decimonónica verificó la recuperación de la estabilidad de un edificio que había arrastrado graves problemas en su estructura a lo largo de los varios siglos de su existencia. Puede afirmarse que esta restauración fue una de las más complejas y arriesgadas realizadas en Europa en el siglo XIX. Los minuciosos cálculos sobre la estabilidad de bóvedas, los portentosos sistemas de carpintería armados a gran altura y los sistemas de cantería puestos en práctica para la reparación y reconstrucción de bóvedas de la catedral de León sirvieron de modelo para la restauración posterior de otras grandes catedrales españolas, como las de Sevilla o Burgos. Los trabajos de restauración continuaron levemente en el siglo XX.

La catedral atesora una colección única: 737 vidrieras con una superficie de 1765 metros cuadrados realizadas ininterrumpidamente entre los siglos XIII al XX. Su construcción se inició con la vocación de ser la catedral más grande de la época. No lo consiguió pero, a cambio, se convirtió en una de las más bellas del gótico español. Está construida sobre el solar de unas termas romanas del siglo II que, 800 años después, el emblemático rey Ordoño II convirtió en palacio.

Batió su record de visitas en el año 2017 con 287.347 personas, lo que generó unos ingresos de 1,5 millones de euros. El precio de la entrada es de 6 euros para los adultos. Los menores de 12 años acompañados acceden gratis.

A. del Saja (*)

Es miembro de - FEPET - Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo y Gastronomía.

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