Francisco Aparicio Sánchez ( Yepes. Toledo, 1936) estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, ciudad donde reside. Premio Nacional de Escultura 1961 con solo 25 años, el escultor se caracteriza por su humanismo, algo que refleja en su escultura, muchas veces monumental, en la que la figura humana tiene un papel preponderante.
El autor del libro califica como “realidad creada en la que lo visible es solo un pretexto ajena a os dogmas de la contraposición belleza-fealdad y no inscribible ni el ámbito del realismo ni en la poética de lo grotesco ni del absurdo en la que tienen absoluto protagonismo el ser humano y sus incertidumbres y sus angustias”.
Málaga, Salamanca, Ávila, Toledo, Arévalo o Burgos son algunas de las localidades que cuentan con obra monumental de Francisco Aparicio. El escultor ha trabajado mucho en la medallística y obtuvo con ella el premio Tomás Francisco Prieto.
Isabel la Católica, Fray Juan Gil, San Román o Don Bosco son lgunas de las figuras de su escultura.