Como a Pedro Sánchez, presidente por moción censura variopinta, se le califica de trivial y falta de enjundia, se quiere poner espeso con ese mensaje descalificador de la moda y el estilo, pero eso no deja de ser una forma de censura hacia la comunicación. Otra cosa muy distinta es que se pongan a posar como lo hicieron las ministras de Zapatero o Soraya Sáenz de Santa María en su día, para mostrar fachada, maquillaje y estilo ante un fotógrafo de revista y moda.
La moda y el estilo son comunicación y por ello susceptible de ser analizada como el lenguaje de los gestos y las miradas, tanto de hombres como de mujeres, incluidos los miembros de la Casa Real como vimos recientemente en un incidente a la salida de la catedral de Mallorca. Recientemente tomó posesión un alto cargo sin calcetines, algo que fue fijado por un fotógrafo observador y oportuno.
Si no se quieren estar en el foco del huracán, dado que los políticos no tienen vida privada, porque ésta suele ser espejo de la pública, mejor será que se dediquen a otra cosa. El PSOE ha metido la pata en esa observación reprobadora de la libertad.