www.euromundoglobal.com

Opinión: “¡Cuidado con los humanos…!”

Stephen y Jane. Adiós Hawking
Ampliar

Stephen y Jane. Adiós Hawking

Por Marta Miguel García

viernes 16 de marzo de 2018, 01:23h

16MAR18 – ZARAGOZA.- Stephen Hawking ha muerto y el mundo hoy es, irremediablemente, un lugar más estúpido que ayer. A la masa gris que circula sobre el asfalto de nuestras calles, se le deben descontar ya varios kilogramos. No en peso, sino en intensidad, en resplandor. Se ha ido uno de los mayores sabios que ha pisado este planeta, un astrofísico que empujó la Ciencia, la Tierra y parte del Universo. Embestía con fuerza, determinación e inteligencia ese saber al que tan pocos recursos se destinan: La investigación.

Se ha desvanecido como una de esas estrellas fugaces que surcan los cielos de cuando en cuando pero su recuerdo y sus hallazgos serán eternos. El dueño de esa mente preclara era agnóstico, pero si el Creador existe, debe estar ahora mismo cerca de él. Todos hoy deberíamos permanecer con la bandera a media asta por haber perdido uno de los cerebros que más ha hecho avanzar a la humanidad.

Existen personas que no deberían morir jamás. Tendrían que estar hechas de un material perenne, indisoluble e indestructible. Su vida no es en balde pues no sólo contribuyen y aportan a su entorno más próximo como hacemos la mayoría de mortales sino que su ingenio brinca las barreras de la cotidianeidad para hacer despertar al mundo de su ignorancia.

Cuando la madre de Stephen lo alumbró, él no dejaba de ser un bebé más, idéntico a tantos otros, un recién nacido que mamaba cuando tenía hambre, lloraba cuando algo le irritaba y sonreía ante las cucamonas de sus allegados igual que todos los homo sapiens que le precedieron y que le sucederían. Pero aquel niño creció y comenzó a divergir del resto de sus coetáneos. Se convirtió en luz en medio de la oscuridad.

Poseedor de una mente sagaz y veloz, lamentablemente su cuerpo no funcionaba al son de su intelecto. Eran dos instrumentos destinados a convivir juntos pero desacompasados. Sin embargo, qué importa esta cárcel formada por músculos, huesos y pelo cuando uno es una eminencia científica, cuando tus ideas, esas alojadas en tu neocórtex, pueden cambiar el devenir de la Historia.

Stephen Hawking ha muerto y es un día triste para todos, sin excepción. Pero sería digno de alabanza, resaltar que al lado y no detrás de este gran científico hubo una mujer, llamada Jane, que lo cuidó durante gran parte de su vida. Que probablemente sin Jane, él no habría podido desarrollar todo su talento. Ella aceptó casarse con él a sabiendas de la existencia de su enfermedad, con todas las consecuencias que ello suponía. Realizó un verdadero acto de coraje, valentía y amor. Tuvo que padecer, además de muchas otras cosas, las veleidades de un genio, los sinsabores del carácter de alguien postrado en una silla de ruedas.

Cuántos talentos habrán podido desarrollar todo su potencial por tener al lado, y no detrás, a una persona que se encargue de las tareas normales y corrientes, de esas a las que no concedemos la importancia que se merecen, pero sin cuya existencia ninguno podríamos subsistir.

Su enfermedad neurodegenerativa, Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), obligaba a Jane a ciertos cuidados que no sólo agotan físicamente sino psíquicamente también. Cualquier cuidador de una persona dependiente sabe lo extenuado que uno puede acabar la jornada cuando alguien que no es autosuficiente depende en gran medida de ti, de tu entrega, de tu cariño.

A la postre, ni siquiera la genialidad es perfecta, pues puede volver desdichados a los que te rodean. Jane tuvo que dejar a un lado su profesión y dedicarse en cuerpo y alma a que su marido, postrado en una silla de ruedas, tuviera sus necesidades cubiertas, desde las más básicas hasta las más humanas. Mientras él buscaba la “Teoría del Todo”, ella dedicaba todo su tiempo a hacer felices a su marido e hijos.

Ha muerto Stephen Hawking, al que todos le debemos gratitud, pero también tendríamos que darte las gracias a ti, Jane, por ser durante mucho tiempo, el motor que sostuvo, las manos que cuidaron y el corazón que mimó el hogar de un Dios hecho hombre.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (20)    No(0)

+
3 comentarios
Portada | Hemeroteca | Índice temático | Sitemap News | Búsquedas | [ RSS - XML ] | Política de privacidad y cookies | Aviso Legal
EURO MUNDO GLOBAL
C/ Piedras Vivas, 1 Bajo, 28692.Villafranca del Castillo, Madrid - España :: Tlf. 91 815 46 69 Contacto
EMGCibeles.net, Soluciones Web, Gestor de Contenidos, Especializados en medios de comunicación.EditMaker 7.8