"Entrando en su quinto año, el asedio de Guta Oriental, que dura desde 2013, ha estado marcado por métodos cada vez más cínicos que han llevado a los peores casos documentados de malnutrición en el curso del conflicto sirio", señala el informe de la Comisión de Investigación de la ONU para Siria presentado en Ginebra, informó DPA.
El texto denuncia también el uso de armas químicas y califica ambas cosas como crímenes de guerra, exigiendo que los responsables sean llevados ante la Corte Penal Internacional: sin justicia para las víctimas no habrá posibilidad de alcanzar una solución política, añade.
El líder de la comisión, Paulo Sergio Pinheiro, critica también el control autoritario al que someten a la población de Guta los dos grupos islamitas que controlan la zona.
El informe reitera que la ayuda humanitaria que necesitan 13,5 millones de sirios no se concede incondicionalmente, sino que se utiliza como arma de guerra, obligando a la población a rendirse o morir de hambre.
También la Unión Europea (UE) condenó el asedio a Guta Oriental, y señaló que el hambre al que se condena a la población y los ataques arbitrarios contra la población civil podrían constituir crímenes de guerra, señala un comunicado de la jefa de la diplomacia Federica Mogherini y el Comisario de Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides.
Precisamente un convoy de ayuda humanitaria entró este lunes en Guta Oriental, pero el Gobierno sirio impidió la entrada de algunos productos médicos vitales, según denunció la ONU. Allí están atrapadas unas 390.000 personas, que constituyen el 90% de todos los sirios bajo asedio en el país árabe.
Además, la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA), denunció que ese reparto de ayuda tuvo que interrumpirse debido a la violencia y ataques que suponen "una falta de respeto al alto el fuego y un desprecio a las garantías de seguridad para el convoy".
Según la OCHA, ataques aéreos y bombardeos continuaron durante horas mientras el convoy pretendía repartir ayuda para 27.500 personas. Ello obligó al convoy a abandonar la zona después de nueve horas, sin que 14 camiones de los 46 que consistía el convoy, pudieran descargarse en su totalidad.
La ONU y otros socios pretenden llevar otro convoy a la zona asediada el próximo jueves, un plan que seguirá adelante si las condiciones lo permiten, dijo la portavoz de la Ocha, Linda Tom, a dpa. Sin embargo, insistió en la necesidad de garantías de seguridad por parte del Gobierno sirio.
En Guta Oriental rige desde hace una semana un alto el fuego de cinco horas cada mañana decretado por Rusia, principal aliado de Damasco. Sin embargo, se ha visto empañado por numerosas violaciones.
La ONU pidió una tregua de 30 días en todo el país que no se ha implementado. Un ataque de artillería desde la zona dejó tres muertos en Damasco e hirió a 15 civiles, según la agencia de noticias Sana. Mientras tanto, Rusia aseguró que permitirá la salida de los insurgentes y sus familiares del enclave rebelde, señaló el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado emitido a última hora de este lunes.
Sin embargo Wael Olwan, portavoz de Faylak al Rahman, un grupo islamita sirio líder en Guta Oriental, respondió que no habrá rendición, al tiempo que acusó a Rusia de intentar imponer un "desplazamiento forzado de los residentes. Es un crimen sobre el que no podemos callar", señaló.
Los aviones rusos están respaldando a los del presidente sirio, Bashar al Assad, en la ofensiva contra el enclave. Las fuerzas del Gobierno han avanzado y ya controlan más de una tercera parte del enclave.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, criticó duramente a la ONU, por la falta de implementación de su resolución, pero sin acusar directamente a Damasco o a Moscú.
"¿Es lo que ocurre en Guta Oriental compatible con la humanidad? El Consejo de Seguridad de la ONU tomó una decisión. ¡Abajo con su decisión!", dijo Erdogan a miembros de su gobernante Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP) en Ankara.
Sin embargo, Erdogan prometió presionar con su propia ofensiva en Afrin, un enclave kurdo en el noroeste de Siria, e incluso aumentar el ritmo de la operación para acabar con "los terroristas". Así denomina a la milicia kurdo-siria Unidades de Proteccion Popular (PYG), a quien considera terroristas por su vinculación con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Precisamente la artillería turca bombardeó con fuerza en enclave de Afrin, provocando bajas, informó el consejo local y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que dijo que los ataques están afectando a zonas residenciales y habló de decenas de heridos hasta el momento. Según algunos medios, las YPG han trasladado a unos 1.700 combatientes de Al Raqa, en el este de Siria, para proteger Afrin. Turquía no se ve obligada por la tregua exigida por la ONU, pese a que Estados Unidos, Francia y otros países han indicado a Erdogan que él también debe cumplirla.
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