“Decires de Juan de Portoplano”

1. Juan de Portoplano atravesó el dosel de la puerta de su casa, y con su perra Mafalda empezó a dar un paseo matutino, con la excusa de pasear al animal, al otro yo, de alguna manera, el otro yo no totalmente racional, intentaba comprender-entender el mundo, hablar algo con los vecinos, ensimismarse en sí mismo, y que Mafalda le explicase algo del misterio del mundo, entre otras cosas pensar-repensar algo de sí y algo de todo, como lo siguiente:

- Todos los seres humanos aspiran a la calma interior, a la calma y sosiego exterior. Todos los humanes ansían la paz. Pero pocos la consiguen.

- Mafalda miró al de Portoplano, y es como si le dijese: “¡Qué cabizbajo y pensativo siempre estás, la vida es vivirla, aunque vosotros los de dos piernas andantes, siempre estáis viviéndola y pensándola, será esa la manera que tenéis de marcar vuestro territorio”.

- Siempre me he preguntado, y nunca he sabido contestar, que quiso decir Marco Aurelio, cuando en sus Meditaciones escribió: “Hay que dejar el error ajeno donde ésta”.

¿Qué quiere o quería decir? ¿Qué se llega a un punto que a la otra persona no la vas a convencer, y de ser así, cuándo se conoce este aserto o afirmación o esta realidad? ¿Qué cada uno arrastra como una tonelada un equipaje sus ideas y vivencias y sus intereses y fines, y difícilmente cambiará de opinión…? ¿…?

- El mundo está formado por miles de millones de seres humanos, el mundo está formado por millones de actos que se hacen cada día, el mundo está formado por cientos de millones de entes y seres vivos. Todo interactúa y por consecuencia el mundo siempre está en constante cambio. Cada día el mundo cambia en algo, muchos “algos”, aunque no seamos conscientes de ello. ¿Hacia dónde van los cambios ese es el misterio…?

- ¿La gran pregunta es cómo intentar alimentar y vestir y dar cobijo y educación y sanidad suficiente a siete mil millones de seres humanos, esa es la pregunta hoy, mañana será nueve mil millones…?

- Decir, al paciente lo que quier oír por parte del médico o del cirujano es una enorme crueldad, quizás no puedas decirle toda la gravedad de su enfermedad, pero si te pregunta, tendrás que indicarle algo de la verdad o toda la verdad. Esto mismo se debería hacer en todos los campos, también en la política. No decir al pueblo, desesperado y angustiado lo que quiere oír, en vez de indicarle la verdad según el parecer de las ciencias sociales ortodoxas.

- Pocas personas son capaces de enfrentarse al espejo de mayor grado de verdad, datos, conceptos, realidades… Nos escondemos en los esquemas mentales y vivenciales que tenemos. Y ese es nuestro mundo, en el fondo pensamos, al menos nos han servido para vivir y llegar hasta aquí.

- Un vecino se le acercó a Juan de Portoplano, y le dijo: “amigo tu que tienes fama de ilustrado y siempre has ido reflexionando sobre la realidad, y has escrito tantos libros, me gustaría, me dijeses que es la vida”.

Juan de Portoplano, se quedó serio, y le dijo: “Compadre, pregúntale a mi perra Mafalda lo que es la vida. Y eso es la vida, lo que diga mi perra Mafalda, más además una correcta racionalidad y una correcta moralidad”.

El vecino se alejó serio y pensativo, no sabía si le había tomado el pelo y se había reído de él, o le había indicado algo, algo muy profundo que no entendía o no comprendía.

- No olvides que no eres una piedra, ni solo eres un animal, sino que eres algo más que una piedra, algo más que un animal.

- Juan de Portoplano echaba de menos las conversaciones y largos silencios con Juan de Mairena, esperaba volverlo a ver, volver a tener esos encuentros. Al final, el pueblo inventa y descubre las grandes ideas y experiencias, el pueblo las va puliendo durante siglos y milenios, incluso atravesando distintas culturas y épocas, y después, algunas de ellas, los grandes pensadores y filósofos y teólogos y científicos, las depuran y encuentran las razones y argumentos y las demuestran, en mayor o menor grado. Otras veces, el camino de las verdades o convicciones, es al revés, nacen de las grandes mentes, y pasan al pueblo a través de libros y discursos y conferencias o enseñanza reglada. Y el pueblo hace lo mismo, va puliendo las ideas y los conceptos, y durante siglos, van surgiendo una depuración de los grandes conceptos de los doctos, y se convierten en sabiduría del pueblo…

- Se equivocan, pensaba Juan de Portoplano, los que quieren abolir una moral y ética, que ha sido depurada y pulida durante siglos, por una moral y ética, que acaba de nacer, que tenga un siglo o dos, porque hasta que atraviese las mentes, generaciones, épocas, tarda y tarda mucho tiempo… Al final, el pueblo está desnudo, que es lo que sucede ahora, la moral tradicional de siglos, que venía desde los griegos y desde Roma y desde Jerusalén, ha sido destruida y derruida en gran parte, pero la nueva moral y ética, basada en Kant, en la Ilustración, en los Derechos Humanos de 1948 todavía no ha calado en el pueblo lo suficiente. Lo cual, lleva al pueblo, a una gran mayoría, a estar desnudos frente a los huracanes de la existencia, y de ahí nacen muchas angustias…

Pero qué puedo yo, pensaba el de Portoplano, nada más que pensar, argumentar, decir o escribir, sabiendo que al final, a nadie le interesará…

2. Juan de Portoplano volvía a su casa, y le decía a Mafalda, y ésta escuchaba como si le entendiese, “el gran problema es como entrar y conocer el propio alma, para así conocer los entresijos profundos de las emociones propias, de los deseos y pasiones propias, de las ideas y de los conceptos, y de los intereses propios”. Y se callaba, y Mafalda como esperando alguna chuchería, estaba sin moverse. Pero el de Portoplano, decía. “Pero cómo se entra en lo más profundo del alma, sin destruirla y sin destruirse en ese intento”. Los dos cerraron la puerta de la casa, con un golpe suave. Y el día continúo en aquel pueblo, en aquellos cientos de miles de pueblos de este pequeño planeta Tierra.

http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (13 enero-05 mayo 2017 cr).