Pedro Crespo de Lara ha escrito ocho libros sobre la villa. De Cabezón de la Sal

Pedro Crespo de Lara fue dos veces Decano del Colegio de Abogados e Madrid y luego elegido por unanimidad Consejero del Consejo General de la Abogacía Española y condecorado con la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort. Una relevante trayectoria ha seguido en el campo de la Prensa, donde llegó a Secretario General ejecutivo de Prensa Castellana, editora del diario Informaciones y Presidente de la Agrupación Nacional de Prensa Diaria. Fundó y ejerció de Secretario General de la Asociación de Editores de Diarios Españoles, a la vez que, durante cuatro años, fue Vicepresidente del Comité Mundial de Libertad de Prensa.

En la universidad desempeñó la plaza de profesor titular de Empresa Periodística, por oposición, en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, en cuya facultad, también, trabajó de director de la Cátedra Ortega y Gasset, que él creó. Crespo de Lara, por otro lado, fue Cónsul honorario de la República de Corea.

Entre sus muchos trabajos literarios destaca “El Artículo dos”, que produjo un gran impacto en el mundo periodístico de los años sesenta.

De la pluma de este cabezonense ilustre han salido libros como “Recuerdos y Nostalgia de Cabezón de la Sal”, que ha alcanzado segunda edición; “Apuntes de mi pueblo”; “Cabezón de la Sal, de su historia y nuestros recuerdos”, escrito en colaboración con Rogelio Pérez Bustamante; “Pregón del día de la Montaña, día de Cantabria” (en verso); y “Pregones y Pregoneros”.

Además, ha escrito “La ventana de mi memoria” (en verso); “Otra vez” y “Huellas de Mérito” en el que describe a los personajes relevantes de la villa de la sal.

Cabezón de la Sal ha sido asunto de numerosas conferencias y de artículos periodísticos en la prensa cántabra y en la nacional, así como de entrevistas en radio y televisión.

En la vida y en la obra de Crespo de Lara la poesía es esencial, como queda reflejado en sus muchos poemarios. De uno de ellos “Entre olas y montes” dijo Francisco Umbral que “es un prodigio de poesía natural conseguido eliminando palabras y letras para no estorbar el paisaje, que es lo que importa”.

El amor a Cantabria y a su Cabezón de la Sal natal es la característica de Crespo de Lara, que se refleja en entrañable libro “Apuntes de mi pueblo” en el que esboza su proyectado último paseo: “aquí en Cabezón quisiera rendir mi último viaje, cuando Dios lo disponga (y que lo alargue cuanto pueda) a hombros de cuatro amigos, desde mi casa a esa parcela blanca de Navas donde descansan nuestros muertos”.

Su personalidad la resume José María Castán, en el prólogo de “Entre dos luces” como jurista-humanista, cuya vocación al Derecho va unida a las Letras, singularmente, al periodismo y a la poesía.

La tierra de Crespo de Lara impregna su poesía, como queda claro en uno de sus libros: “Entro en la Montaña/ entre niebla y agua, /lo verde verdea/ y la luz no aclara;/ con las nubes bajas,/ con la mar borrada,/ con el aire en calma,/ el silencio canta”.