¡¡¡ Humos al Sur!!!

No hay claros antecedentes acerca de los más de 100 focos de incendio que se han detectado, afectando ya a tres provincias y arrasando con casi 400 mil hectáreas de bosques, campos y poblados.

Lo que sí está claro, es que en su génesis, ha existido intencionalidad.

La irracional maldad humana nuevamente presente, en la destrucción de la vida y del planeta.

Diversas hipótesis se han manejado en las redes sociales. Desde el conflicto reivindicatorio mapuche, pasando por el terrorismo internacional y llegando incluso a intereses de las grandes forestales. Elucubraciones de la ciudadanía, ante autoridades que se mantienen expectantes, demasiado a mi parecer.

Lo que sí se ha confirmado en forma oficial, y por desgracia, es el reporte de 12 personas fallecidas y cientos de animales calcinados.

Ya ha comenzado a llegar ayuda internacional. Un super avión especializado en mega incendios capaz de transportar 72.000 litros de agua, procedente desde Estados Unidos (gestión realizada por una filántropa compatriota radicada allá). Otro avión facilitado por el gobierno de Rusia, que ya viene para aportar con su capacidad de 40.000 litros. Y hoy se ha sabido que se han unido 3 o 4 empresarios, para traer un tercer avión algo menor pero con más maniobrabilidad y que puede aterrizar en diversos otros aeropuertos y no necesariamente en Santiago. También han llegado cientos de Bomberos y expertos en estas catástrofes, provenientes de Francia, España, México, Brasil, Colombia, Argentina, Perú, etc.

Lo cierto es que ya van tres regiones del Sur, que han venido viviendo un verdadero caos. Miedos, muertes y pérdidas materiales, laborales y de animales.

Y finalmente, añado mi relato personal. Lo que me tocó vivir hace 2 días atras.

Nos fuimos de Vacaciones a Concepción. Para darle un toque especial a nuestro viaje, habíamos decidido irnos en tren, serían 5 horas con un sabor distinto. Sabiendo de los incendios, pero por ser éstos más al sur, el viaje no debía presentar contratiempos. Todo parecía normal hasta pasado el medio día. Habiendo considerado un alto en Chillán, para almorzar donde un primo, todo se cumplía tal cual los planes trazados. Después de almuerzo, las noticias eran preocupantes, se comenzaba a informar que los accesos a Concepción estaban siendo también bloqueados por nuevos incendios. Nos dirigimos a tomar el bus y ya pudimos ver dos grandes incendios a la salida de la ciudad. También nos enteramos que los tres caminos de acceso estaban definitivamente cortados. Las empresas de buses estaban devolviendo el dinero de los pasajes. ¿Qué hacer?... con la incertidumbre del día siguiente había que pensar racionalmente. La decisión fue dura pero cuerda… ¡Nos volvemos a Santiago! El tren salía en 20 minutos, y así fue como iniciamos el viaje de vuelta.

Me dio pena y miedo ver a mi país en llamas. Escuchar el temor de gente inocente, al decir de ellos, casi entregados a su suerte. No era justo, rifar así el destino. Vi arder pastizales junto a la línea del tren en el cual íbamos con mi familia, tan cerca, que el viento que producía el paso del convoy, avivaba esas llamas a casi 2 metros del suelo. Fue una tarde de terror. La nube de humo nos acompañó de vuelta, por un par de horas, a ratos aquello se hacía casi insoportable. Y con la inquietante incertidumbre de no saber como estaría la vía unos kilómetros más adelante.

Lo viví.

No lo leí. Ni lo recibí por Facebook ni por WhatsApp.

Fue como morir un poco.

Al cabo de eternas horas ya estaba en mi casa, escuchando como informaban que se había decretado emergencia ambiental en Chillán. Hablé telefónicamente con mi primo y me contó que después de venirnos, estuvieron con casi 40 grados de calor y un aire prácticamente irrespirable.

Literalmente… regresamos del infierno.

Nuestro ansiado viaje de vacaciones había durado tan sólo 15 horas.