Colón no descubrió América de forma equivocada

Su vida estuvo rodeada de misterio. Fue un hombre que a los 15 años empezó a navegar por el Mediterráneo acercándose a Guinea bordeando África y llegó hasta Islandia rodeando Europa. Incluso tuvo un naufragio que le obligó a llegar a nado a la costa de Portugal.

De Cristóbal Colón y de su teoría sobre el descubrimiento de América habló Mario Hernández en el Congreso Internacional de Periodistas y Escritores de Turismo de España, que se ha celebrado en la ciudad mexicana de Acapulco.

“Era un hombre con mucho conocimiento”, asegura, mientras explica que “tengo la teoría de que este hombre sabía mucho más de lo que dijo y, probablemente, engañó a los Reyes Católicos diciéndoles que iba a buscar una ruta para llegar a Las Indias, sin molestar a los portugueses, porque el Papa no se lo hubiera permitido, y entonces, como no podía ir por las rutas de Arabia quiso dar casi una vuelta al mundo y encontrase con la India”.

Opina Hernández que Colón debía conocer ya las mediciones de la tierra de Claudio Ptolomeo y también de Paolo Pazzos Toscanba, porque ya en el siglo XIV se sabía que la tierra era redonda; estaba reflejado en un museo situado cerca de Samarkanda y en la réplica que hay del globo terrestre en el Museo Británico.

“Si él no hubiera encontrado América, a la India no hubiera llegado porque con los alimentos que portó solamente pudo llegar exactamente a América. Tres o cuatro días más no hubiera durado la travesía. Se le hubieran comido Los Pinzones y la marinería”, asegura.

Por tanto cree el periodista canario que no le dijo a los Reyes Católicos que iba a encontrar un nuevo continente, “porque éstos tenían muy mala financiación como consecuencia de La Reconquista de España y no le hubieran dejado dinero para la aventura incierta de meterse en el Mar de Las Tinieblas, que al parecer terminaba en un precipicio”.

Según Hernández Colón no salió de Palos de Moguer en su aventura del Atlántico, sino que enfiló sus naves hacia el Oeste y todos los vientos alisios le llevan al Caribe. “Él sabía que esa corriente existía pese a que nadie la había utilizado antes, por eso es una decisión difícil de entender”.

Después del primer viaje, en el segundo que realizó un año después, con 15 naves, Colón se toma la molestia de coger en la isla de Gran Canaria esquejes de plata azucarera, plantas que tuvo que regar durante dos meses para que se mantuvieran vivas y poder trasplantarlas en la India. Este cargamento le hace a Hernández dudar del destino del viaje, dado que no le parece lógico llevar esas platas al lugar de origen de la caña de azúcar. “Parece extraño llevar azúcar a su origen”, dice.

En el segundo viaje y primero de colonización, carga en La Gomera ocho cerdas preñadas, todo tipo de frutas y esquejes "para ser plantados en esa India que se decía". De México se trajo productos impensables que hoy no estarían en la cocina, como el tomate, el pimiento, el chocolate, el aguacate, frijoles y el pavo, si no fuera por el descubrimiento de Colón.

“La llegada del hombre a la Luna supuso llegar a una tierra hostil, que nada nos ha dado, sin embargo, el descubrimiento de América produjo a la humanidad una serie de nuevos alimentos, que cambió totalmente el concepto de cocina”.

Para resaltar la importancia de los viajes, desde el punto de vista gastronómico, sentencia que “el descubrimiento de una nueva planta hace más feliz a la humanidad, que el descubrimiento de una nueva estrella”. “Cuando se llega a la Luna”, continúa, “el mundo occidental ya domina las plantaciones y las granjas extensivas de animales para alimentar al primer mundo, sin ningún problema”.

Por último Mario Hernández resalta el intercambio gastronómico que supusieron los viajes marinos especialmente para España, ya que se trajeron de México entre otros el pavo, el cacao, el aguacate y los frijoles, y de Perú las patatas. “Colón llevó más animales y plantas que las que trajo”, concluyó.