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En Ocasiones Veo Chemtrails
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En Ocasiones Veo Chemtrails

domingo 27 de noviembre de 2016, 00:48h

Gabriel Incertis Jarillo es conocido por muchas personas. Quizás no por usted, pero le garantizo que hay un colectivo de personas que conoce muy bien su nombre y apellido, y son las personas y grupos que propagan en diversos medios, principalmente Internet, una curiosa teoría. Desde hace unos años Gabriel se dedica a desmontar esta teoría, una teoría que habla de algo llamado chemtrails.

Entrevistamos a Gabriel Incertis Jarillo, creador y gestor junto a su hermano David del blog “500 euros por un chemtrail” y del grupo de Facebook “En ocasiones veo Chemtrails” donde se discuten desde el escepticismo y el rigor científico algunas de estas teorías que hablan de esos ‘chemtrails’. Pero dejemos que sea Gabriel quien nos explique en qué consiste todo esto.

EMG: Gabriel, ¿qué es un chemtrail? ¿Y un contrail?

Gabriel Incertis: Chemtrail es un neologismo que combina las voces inglesas chemical (químico) y trail (estela) y se traduce como “estela química”. De forma generalizada hace alusión a las trazas más o menos persistentes que quedan tras la dispersión de un producto químico en un medio, pero en particular hace referencia a las presuntas dispersiones de químicos en el aire mediante aviones. Desde hace unos años circula la idea de que las estelas que dejan ocasionalmente los aviones a su paso consisten en realidad en dispersiones de productos químicos. Los creyentes en esta idea se refieren a tales dispersiones como ”fumigaciones” y a las estelas producidas como “chemtrails”.

En realidad, el fenómeno al que erróneamente etiquetan como ”chemtrails” consiste en simples estelas de condensación o “contrails” (de forma análoga a chemtrail, esta palabra combina las voces “condensation” y “trail”). Las estelas de condensación se producen por la interacción del vapor de agua emitido por los motores de los aviones y una atmósfera con determinadas condiciones. Estas trazas blancas consisten en microcristales de hielo y no en vapor o humo como erróneamente afirman algunos.

EMG: ¿Qué hay de cierto en la teoría que sostiene que las estelas de los aviones son chemtrails? ¿Qué dice la ciencia acerca de estos chemtrail?

GI: El principal argumento que los creyentes en chemtrails suelen esgrimir es que los contrails comunes no persisten y se deshacen a los pocos segundos, mientras que los chemtrails persisten y se expanden. Es el criterio más expandido entre los creyentes en chemtrails para identificar a unos y otros, pero es absolutamente falaz. Mientras que por un lado no existe ninguna referencia científica que justifique la idea de que las estelas persistentes son chemtrails, por otro existe abundantísima literatura científica que abarca alrededor de 70 años que explica con todo detalle cómo y por qué las estelas de condensación pueden persistir y expandirse (de hecho la acreción, que es el fenómeno que explica que una estela persistente se expanda sin disminuir su densidad óptica, es únicamente compatible con el hecho de que las estelas sean de hielo). Además de ello existe un artículo científico realizado en base a una encuesta a científicos relacionados con la atmósfera y la geofísica que no deja lugar a dudas acerca de la opinión de la ciencia acerca de los chemtrails: no existe evidencia científica de que se estén dispersando químicos a la atmósfera con aviones ni de que las estelas sean otra cosa que simples contrails.

EMG: ¿Cuándo tuviste contacto por primera vez con estas particulares teorías?

GI: Mi primer contacto con esta “teoría” fue en el otoño de 2013. Mi hermano David, ingeniero químico especialista en sistemas ambientales se acababa de topar con esta idea y, como él asegura, creyó en chemtrails durante 5 minutos, exactamente el tiempo que le llevó echar un vistazo a la ciencia detrás de estas afirmaciones. En mi caso fue más o menos igual: al mirar con algo más de detalle lo que implicaban las afirmaciones de esta teoría, enseguida saltó a la vista que era una patraña que sólo se podía tragar quien tuviese ciertas carencias formativas en los fundamentos científicos implicados.

EMG: ¿Qué buscan los que propagan semejantes teorías?

GI: Depende. Hay diferentes tipos de persona que propagan estas teorías. Como en cualquier otra estafa científica, hay quienes saben que se trata de una estafa y la propagan igual, habitualmente para vender un producto, pero la mayoría cree honestamente en su autenticidad aunque profesan un activismo habitualmente vago, circunscrito a las redes sociales o a internet en general. Es un fenómeno curioso porque si uno se atiene a su dimensión online parece que se trata de una preocupación social de primera magnitud, pero fuera de la red, en el mundo real, el impacto de estas ideas es muy pequeño, aunque ha crecido notablemente en las casi dos décadas que lleva circulando esta teoría de los chemtrails, particularmente desde 2010. Entre estos activistas sí que existen algunos más activos, si se me permite la redundancia, que organizan manifestaciones (invariablemente con un aforo tan escaso que podrías contar a los asistentes con los dedos de cuatro manos) o conferencias, escriben peticiones en change.org o envían comunicados al Parlamento Europeo. También los hay quienes hacen llamadas a emergencias o a cuerpos de seguridad.

EMG: ¿Cuál es tu postura frente a este fenómeno y la gente que lo propaga?

GI: Mi postura es la propia del escéptico. Nunca me he dejado deslumbrar por la aparente y superficial coherencia de las ideas chemtrailistas. Me bastó conocer la actividad de Tanker Enemy, un conocido hoaxer de los chemtrails, para ver con claridad que todas y cada una de las evidencias sobre los chemtrails pertenece a una de estas categorías: interpretación apócrifa de un fenómeno físico perfectamente conocido; manipulación de información; fabricación de información y datos. Así pues lo que hago es usar mis recursos para desacreditar esta creencia y alertar sobre los diferentes niveles de riesgo que implica. Básicamente me dedico a plantear dudas razonables a las afirmaciones emitidas desde la creencia en chemtrails y a exponer la mala ciencia en la que se basan. Cada una de mis afirmaciones está fuertemente respaldada por fuentes científicas, verificables y revisadas por pares. Hasta ahora mi actividad en este sentido se ha limitado a la red. Vivo en Alemania y desde aquí me resulta difícil participar en debates o eventos fuera de la red, aunque estamos (mi hermano y yo) a punto de publicar un libro sobre el asunto que será mi primera acción de “debunk” (o desmitificación del bulo de los chemtrails) fuera de internet.
Frente a la gente que propaga estas ideas adopto dos frentes: 1) el ofrecimiento de una discusión exclusivamente centrada en las evidencias, 2) el empleo de la sátira y el humor para sacar a relucir lo ridículo de las ideas chemtrailistas.


EMG: Los grupos de personas que creen y divulgan los chemtrail, ¿crees que entrañan algún peligro?


GI: No gravemente en general, pero en casos particulares sí. Hay diferentes niveles de peligro. El más inmediato y generalizado es el de la propagación de falacias, de una campaña de terror, de generación de malestar social, del denuesto de la ciencia y la animadversión contra todo tipo de instituciones científicas o políticas. Además de ello se dan con frecuencia las injurias y calumnias contra colectivos profesionales y personas particulares relacionadas sobre todo con las ciencias atmosféricas y la aviación. Podemos resumirlo como el peligro del oscurantismo. Otro nivel es el de la irrupción en el equilibrio social. Algunos creyentes en chemtrails ocupan líneas de emergencias y de cuerpos de seguridad con llamadas histéricas por causa de lo que no son más que estelas de condensación. Interrumpen la labor de profesionales que han de estar disponibles para atender problemas reales, y ocupan innecesariamente líneas de emergencia. También muchos interponen denuncias, ocupando recursos policiales y judiciales por causa de una estúpida leyenda sin el más mínimo fundamento científico. Por último hay un tercer nivel que es el del daño físico: no nos parece casual el aumento exponencial en España de casos de ataques con punteros láser de alta potencia a aviones en los últimos 3 años y la popularización de estas teorías, fundamentalmente desde que Guardacielos y Asocación Nacional Cielos Limpios (las plataformas más activas y con mayor influencia en la propagación de este bulo) iniciaran su actividad en 2013. Además de eso he recogido estos años decenas de comentarios y posts en los que creyentes en chemtrails introducen en su discurso la idea de derribar aviones o atacar pilotos. Existe un precedente en Australia, donde la policía tuvo que intervenir para proteger a pilotos de un grupo de activistas. Opino que si de verdad esta gente cree que les fumigan con productos químicos, necesariamente habrá algunos de ellos que estén dispuestos a defenderse por cualquier medio. Sólo hace falta que caigan determinados medios en las manos equivocadas para que haya una desgracia.


EMG: ¿Crees que debería existir una postura oficial en contra de la propagación de estas creencias?


GI: Si la creencia en chemtrails fuera tan inocua como la creencia en hadas no se debería hacer nada especial, pero como ya anticipábamos hace casi 4 años, esto no ha hecho más que crecer. Para mayor desgracia el tema de los chemtrails ha reavivado otra leyenda, la de las avionetas antilluvia, y observamos con consternación y vergüenza ajena cómo caen en ella personas con responsabilidades a las que se les presume una cierta capacidad crítica o de acceso a asesoría científica de calidad: jueces, políticos… La AEMET y otras asociaciones ya han manifestado sus posturas oficiales, pero va haciendo falta una intervención a mayor nivel, algún tipo de mesa redonda en la que participen organismos del estado, científicos y asociaciones en la que se aclare todo este asunto. Falta educación y falta que las autoridades atiendan a la gente de a pie con la misma atención con que lo hacen los diferentes grupos que propagan este bulo. El que ha caído en él se cuelga de quienes le escuchan y sospecha de quienes le dan respuestas técnicas y frías.


EMG: ¿Qué pretendes con 'En ocasiones veo Chemtrails'?


GI: Informar, educar y ofrecer una plataforma de discusión de evidencias. Muchas veces mis contenidos son simples desmitificaciones de ciertos materiales que circulan por ahí que alimentan la creencia en chemtrails. Otras veces sólo me hago eco de noticias relacionadas. También hay participantes que me retan con sus materiales los cuales discutimos con mucha más profundidad que la que te puedas encontrar en cualquier grupo de creyentes en chemtrails. Tras varios años con esto no me cabe la menor duda: en la creencia en chemtrails los sesgos de confirmación y la voluntad de creer los son todo. Muchos creyentes en chemtrails llevan tanto tiempo en la madriguera de conejo que empiezan a sentirse a gusto en ella y no se pueden imaginar un mundo en el que los pérfidos chemtrails sean simples estelas de condensación. Esto me lleva a un objetivo más ambicioso: la “conversión de creyentes”. Esto es algo que eventualmente ocurre. Cada año puedo afirmar haber ayudado a 4 o 5 personas a replantearse su creencia en chemtrails. Algunos de ellos son hoy activos “debunkers” que participan en mis páginas.


EMG: ¿Es cierto que ofreces una recompensa a cualquiera que aporte pruebas irrefutables de la existencia de esos chemtrails?

GI: Sí. En realidad si alguien consigue el objetivo, se llevará la grata sorpresa de que hemos doblado la recompensa, pero nuestro blog 500 euros por un chemtrail se quedó con el nombre de la recompensa original.


EMG: ¿Qué aconsejas a las personas que conocen a creyentes de estas teorías o a las que pueden sentir curiosidad por estas teorías?

GI: Si conoces a un creyente en chemtrails, no le des la tabarra. Seguramente él ya te la dé a ti. Simplemente no alimentes su creencia. Muchas veces si uno intenta desmontar la creencia de otro de forma activa, lo único que hace es reforzarla. Lo mejor es tratar el tema sólo cuando el otro lo saque y ofreciendo respuestas bien informadas. Existen muchos escépticos que, no conociendo con cierta profundiad el tema, ofrecen respuestas deficientes que pueden producir el efecto contrario: aumentar la suspicacia del creyente hacia la ciencia. A los que están en el borde de la madriguera de conejo les recomiendo rastrear las fuentes de las afirmaciones emitidas por uno y otro lado. Eso debería bastar para que una persona mínimamente crítica deseche definitivamente el tema de los chemtrails.


EMG: ¿Alguna conclusión final?


GI: No me gusta hacer predicciones, pero intuyo que a este bulo aun le queda cuerda para crecer. Ya se ha colado en el Parlamento Europeo e incluso hay un fiscal en España que ha decidido mantener una investigación abierta en base a materiales absolutamente ridículos y acientíficos. El discurso de los chemtrails se aprovecha de la discusión sobre geoingeniería, del tema de la siembra de nubes y de cualquier cosa que relacione químicos, atmósfera y aviación para colar la estúpida idea de que las estelas de los aviones son “fumigaciones”. Incluso la mayoría de creyentes en chemtrails participa del negacionismo del cambio climático, por lo que a uno le da por pensar si podrían haber intereses detrás de la promoción de este bulo. Esta creencia es claro reflejo de una educación descuidada, de una crisis de confianza en las instituciones y de un estancamiento en la promoción de la ciencia. Es hija necesaria del discurso posmodernista, que fomenta el relativismo incluso en cuestiones en las que la coherencia científica lo es todo. El chemtrailismo (que es como llamo yo a la creencia en chemtrails) se inventa su propia física y química, sin ningún tipo de atención a ningún método. Secuestran conceptos científicos y los readaptan ad hoc, interpretan a su aire los resultados de análisis de suelos, agua o sangre sin tener la más mínima formación o idea de ello y extraen sus conclusiones en forma de sentencias que confirman los dogmas del chemtrailismo. Por cierto, el chemtrailismo, como contamos en nuestro libro, tiene su origen en un negocio-estafa para vender remedios. Hoy existe bastante dinero moviéndose gracias a este bulo: los grandes promotores de los chemtrails tienen páginas web con botones de donación bien visibles, venden todo tipo de “merchandising” (DVD’s, camisetas…) e incluso remedios, ya sea en forma de medicamentos o suplementos para “desintoxicarse” o para deshacer los chemtrails a distancia (sí, en serio) como cloudbusters u orgonitas. La verdad es que es un mundo de fantasía absolutamente fascinante.

EMG: Muchas gracias Gabriel, encantados de haber contado con tu colaboración y nuestra sincera felicitación por tu trabajo en la divulgación del pensamiento científico y la ciencia.



Más información:

"En Ocasiones Veo Chemtrails"

500 euros por un Chemtrail

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