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La ciudad de Toro intentará aprovechar el impulso que ha supuesto la celebración de las Edades del Hombre
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La ciudad de Toro intentará aprovechar el impulso que ha supuesto la celebración de las Edades del Hombre

Por Francisco Moreno Blanco - Escritor y Miembro de FEPET

viernes 18 de noviembre de 2016, 01:34h

18NOV16.- Tras la clausura de la vigésimo primera edición de las Edades del Hombre, nadie duda del éxito que ha supuesto el evento desde diferentes puntos de vista: religioso, económico y cultural.

La ciudad de Toro intentará aprovechar el impulso que ha supuesto la celebración de las Edades del Hombre

Como muestran numerosas noticias aparecidas en la prensa, entre las que destacamos algunas de ellas:

  • Las Edades del Hombre se erige como "potencial" para incentivar el turismo en Zamora”.
  • “Las Edades del Hombre: Aqva recibe mil visitantes diarios”.
  • La ciudad cuadruplica la cifra de turistas en octubre con un total de 22.596 viajeros”.
  • “Las Edades del Hombre' cierran su edición de Toro con 240.000 visitas”.
  • Las Edades reactiva la economía local y reduce el desempleo hasta 708 parados”.
  • “Las Edades impulsan las ventas”. “El Ayuntamiento cree que Las Edades ha supuesto el "empujón" que necesitaba Toro”

También algunas autoridades han enfatizado en el logro obtenido con la muestra:

El alcaldede Toro, Tomás del Bien, hace un balance muy positivo del paso de la exposición por la localidad. “Hemos estado desbordados de público y es un éxito sin precedentes”. “Desde el punto de vista económico, además de la apertura de 30 nuevos negocios, las Edades del Hombre han supuesto que se haya doblado la contratación en algunos bares y establecimientos hosteleros”.

Por su parte el secretario general de la muestra opina estar satisfecho con la acogida de la muestra por los toresanos, «agradecidos por haber tenido esa afluencia de gente» y ahora preparados para despedirla con tristeza.

Esta es precisamente, la idea central de nuestra publicación: aprovechar el enorme potencial turístico que tiene Toro, gracias a su patrimonio histórico artístico, su gastronomía, de tradiciones y fiestas.

Su patrimonio histórico artístico: Su legado artístico y cultural es muy extenso y rico, pero de manera sintética podemos resumir así:

Su gastronomía: La gastronomía toresana es amplia y exquisita. Entre los más importantes productos se encuentran sus quesos, embutidos y vinos. Todos ellos de una elevada calidad. Pero sin lugar a dudas su principal riqueza gastronómica la constituye sus vinos, que desde hace años posee Denominación de Origen Toro, con un Consejo Regulador que avala la calidad de unas 63 bodegas, con más de 550 referencias y continúan aumentando en cantidad y calidad.

Para mayor difusión y promoción de la bondad de sus vinos, Toro ha inaugurado recientemente la Bodega histórica del vino de Toro, donde el visitante puede adquirir los conocimientos relacionados con los recursos enoturísticos de las 61 bodegas presentes en la exposición.

Sus fiestas y tradiciones: Toro conserva numerosas fiestas y tradiciones:

- Carnaval

- Fiesta de los ajos

- Romería del Cristo de las Batallas

- Semana Santa

- Fiestas de San Agustín

- De su patrona la Virgen del Canto

- La Fiesta de la Vendimia

En definitiva se trata de que las instituciones locales, con su ayuntamiento a la cabeza, los empresarios, la hostelería, los comercios, los emprendedores que están surgiendo y los futuros inversionistas, se pongan manos a la obra para diseñar algunas medidas que mejoren la oferta turística de la ciudad de Toro. Entre dichas medidas podemos apuntar:

  • La Mejora, Promoción y Gestión de su producto turístico

Por razones de espacio, no desarrollaré dichas medidas; sin duda, que los responsables de dicha mejora turística, están trabajando en esta línea. Pero no podemos olvidar que estamos inmersos en la era digital y que Internet a través de las redes sociales, páginas web, blogs, etc, ofrece una gran oportunidad para promocionar el turismo, que tiene que ser la base para el despegue turístico y económico de la ciudad.

Respecto a la difusión del patrimonio histórico artístico de la ciudad de Toro queremos aportar nuestro granito de arena, a través del siguiente resumen de nuestra visita a una magnífica muestra del potencial de la ciudad. Se trata de la visita al museo del Real Monasterio de Sancti Spiritus, que hemos realizado recientemente y que, sin duda, posee suficientes alicientes como para volver a visitar esta magnífica ciudad y profundizar en su extenso y rico patrimonio.

Real Monasterio de Sancti Spiritus:

Primero un breve retazo histórico: Este Monasterio, lo fundó por testamento, otorgado en Valladolid el 16 de septiembre de 1307, doña Teresa Gil, infanta portuguesa avecindada en Castilla, donde gozó del favor de Sancho el Bravo y de Fernando IV y acumuló gran riqueza. Hizo heredero universal a las dominicas para que construyeran un monasterio. La reina María de Molina fijó la expropiación de unos solares a los judíos para la obra del monasterio.

El 28 de agosto de 1316 el arzobispo de Santiago y canciller del reino de León, D. Rodrigo, pone la primera piedra de la iglesia. En 1351 Pedro I recibe al monasterio bajo su encomienda.

Llega a "Sancti Spiritus" como priora lainfanta doña Leonor de Castilla, hija del infante D. Sancho, conde de Alburquerque. De manera paulatina el monasterio se va enriqueciendo con diferentes donaciones (la condesa Alburquerque, Juan II, Enrique IV y los Reyes Católicos entre otros), y las dotes de mujeres nobles que pasan a profesar en el monasterio (Sosa, Portocarrero, Acuña, Fonseca)

A raíz de la derrota de Aljubarrota, la reina Beatriz de Portugal se retiró al monasterio de "Sancti Spiritus”.

El último huésped ilustre fue la infanta doña Juana, hija de Carlos V, que vivió en esta comunidad entre 1550 y 1552, año en que, por poderes y ante la mirada del futuro Felipe II, se desposó en Toro con el príncipe D. Juan Manuel, heredero de Portugal.

El monasterio, entra con cierto esplendor en la etapa renacentista; de ello nos dan testimonio las obras de arte y los préstamos que otorga el convento. Pero en el siglo XVII, los precios aumentan a un ritmo más veloz que las rentas y comienza su declive.

Según señala el profesor Navarro Talegón en su obra Catálogo monumental de Toro y su alfoz (1976), en el segundo cuarto del siglo XIX la desamortización acaba con la hacienda del monasterio y se inicia un largo período de desdichas para el monumento. Lo invaden los revolucionarios de 1868. Las monjas son confinadas en Zamora; queda desierto hasta que en 1871 viene a habitarlo la comunidad de las Concepcionistas.

La visita se comienza por el coro, con una sillería construida en madera de pino, de formas sencillas y aspecto rural, construido en la segunda mitad del siglo XVIII.

En su parte central se encuentran tres sepulcros:

  • El sepulcro de la fundadora del convento, Doña Teresa Gil, es un sarcófago sencillo de tapa y frentes lisos
  • El sepulcro de la infanta Doña Leonor de Castilla, sobre el suelo y recubierto con un rectángulo de azulejos con decoración vegetal del siglo XVI
  • El tercer sepulcro y el más ornamentado con la escultura yaciente de la reina Doña Beatriz de Portugal, fue realizado en estilo gótico borgoñés, en alabastro traído de Cogolludo.

Continuamos con el claustro de gran belleza, de planta cuadrada rodeada de 48 columnas, con cuatro galerías, dos de ellas con artesonado de madera del siglo XVI. En el jardín central se eleva un olivo milenario.

Por una puerta del claustro accedimos a la sala capitular, con una sola nave de dos niveles. Constituye la parte más antigua del Monasterio. En sus paredes se encuentra dos sargas (tejidos a modo de tapiz), la del del Ecce-Homo y de la Quinta Angustia, que forman parte de una colección de siete sargas policromadas dedicadas a la pasión.

A continuación accedimos a la Iglesia. Sobre la capilla mayor, una bóveda con artesonado octogonal de madera policromada del siglo XV. Las paredes decoradas con frescos del siglo XVII. En el altar mayor, un retablo de estilo churrigueresco con cuatro columnas salomónicas.

Pasamos a continuación a la sacristía, que posee una buena muestra de obras de arte: cruces, andas procesionales, cofres, cálices. A destacar la colección de diferentes esculturas alusivas al Niño Jesús.

Finalmente accedimos al refectorio, que servía de comedor a las monjas, con mesas de nogal fijas en el suelo y con asientos corridos. En el centro un gran lazo morisco formado con azulejos blancos, azules y verdes. En sus paredes las cinco sargas restantes, del mismo estilo que las expuestas en la sala capitular, cuyos temas son: la Oración del Huerto, Lavatorio, Prendimiento, Camino del Calvario y Crucifixión.

Y nosotros deseando que Toro sepa aprovechar y utilizar esta magnífica ocasión, levantamos nuestra copa y brindamos, naturalmente, con vino de Toro.

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