¿Clinton o Trump?

Imagino la terrible disyuntiva que tendrá la suprema y divina autoridad para decidir a quienes hace caso: si a aquellos de las “cadenas de oración anti-demonio Trump” o favorece mejor, a las “rogativas anti-bruja Clinton” y la verdad es que quien quiera que sea esa divinidad lo tiene bien difícil porque ambos contendientes son siniestros personajes y genuinos representantes de una de las más pérfidas potencias de las que se tiene memoria en la historia de la Humanidad, y responsable del dolor y sufrimiento de millones de personas a lo largo y ancho del mundo donde han puesto sus zarpas con la –en muchos casos- perversa connivencia de los propios dirigentes de los países afectados.

Cualquiera que sea el que gane, la política exterior del imperio seguirá siendo la misma: No hay diferencias entre demócratas y/o republicanos a la hora de establecer la política hegemónica que más les convenga allí donde los lobbies imperiales tienen sus intereses por lo tanto para el resto del mundo, las cosas seguirán exactamente iguales como hasta ahora y es entones, dentro de EE.UU. dónde en verdad, asiste preocupación para el ciudadano común y corriente –y repito, ciudadano común y corriente- ya que dependiendo de que sea uno u otro el ganador, muchas cosas pueden cambiar (a peor) para el citizen de a pie especialmente, si es de las minorías raciales o de la inmigración que verán recortadas todavía más sus posibilidades pero esto en realidad, ocurrirá con cualquiera de los dos aunque estos recortes pueden ser todavía mayores si –especialmente- uno de estos paladines de los derechos civiles, se alza con el triunfo.

Por otra parte y viéndolo de manera objetiva, quizás a EE.UU. le haga falta tener y conocer lo que es de verdad un presidente populista, uno que amenaza con destruirlo todo para construirlo de nuevo y mejor. A EE.UU., que durante decenas de años ha ayudado a derribar gobiernos, imponer sus políticas, ayudando a “generalitos y militares corruptos” a mantener repúblicas bananeras con dictadorzuelos de pacotilla sólo porque convenían a sus intereses, talvez le venga bien probar una dosis de su propia medicina esa misma que con tanto afán, ha distribuido a discreción en toda centro y sudamérica y tantos otros países a lo largo y ancho del mundo. Quizás un presidente populista les permitiría recibir una lección de humildad para probar en carne propia lo que durante tantos años ellos mismos han infligido a otros países y pueblos indefensos.

Por mi parte, lo que más me molestaría si gana el pérfido Trump, sería escuchar una y otra vez en la radio y televisión a los locutores del caso, repitiendo de manera incorrecta el apellido del susodicho. No se si se han fijado pero en la radio y TV, no hay ni un solo locutor que sea capaz de pronunciarlo correctamente. Todos sin excepción le llaman “donal tran” (fonéticamente expresado obviamente) en lugar de acercarse mínimamente, al “donald tramp” que sería un poco más cercano a la verdadera pronunciación y entonces, confío que haya suerte y no tener que escuchar en los próximos años el machacón “donal tran” de los locutores de Radio y TV.