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Escaparate de Libros

La Castispaña y el Leonesismo.

Por Ignacio Vasallo (*)

martes 18 de octubre de 2016, 00:42h

18OCT16 – MADRID.- El novelista Juan Pedro Aparicio ( León 1941) Premio Nadal en 1989 y Premio Castilla y León de las Letras 2012, conocido como uno de los impulsores del uso turístico del Transcantabrico con su obra de igual nombre(1982), se adentra con “Nuestro desamor a España” en el ensayo histórico sobre un asunto tan discutido estos últimos años como el de nuestra identidad y como se ha ido forjando a través de la historia. Su pretensión, siguiendo a Ortega, es “desprendernos de esas ideas ineptas y a menudo grotescas que ocupan nuestras cabezas”.

La obra estructurada como esas novelas en las que las distintas historias terminan uniéndose en un nexo común, es de fácil lectura debido sin duda a la habilidad de Aparicio que, ante todo, es un buen narrador.

La primera parte, deudora de Ortega y de Alvarez Junco en su “Mater Dolorosa “nos explica las tendencias disgregadoras desde los Reinos de Taifas. Profundiza en la frase del filósofo madrileño “España padece de una embriogenia defectuosa “y amplía la tesis de A. Junco de que España se ha hecho por la Iglesia Católica. Es la Iglesia la que encumbra a Castilla frente a los demás reinos hispanos, creando lo que Aparicio denomina “ Castispaña” , para combatir a los musulmanes , con los que los cristianos convivían hasta el S. XII. La misma que dirige la guerra contra Napoleón, que no era en defensa de la Nación, sino por Dios y por la Iglesia y en contra de los principios, ya edulcorados, de la Revolución. La misma Iglesia , o una parte importante de ella, que entre Nación y Religión empuja a la población en favor de esta última creando el Carlismo y sus herederos los nacionalismos vasco y catalán, continuando una guerra civil permanente ganada siempre por el mismo bando que lleva desde Fernando III El Santo a Franco.

La parte central del ensayo puede ser calificada de” leonesista” por intentar sacar a la luz los méritos de reino medieval de León, acallados por los historiadores de la época que precisaban colocar a Castilla en la posición central y avalados por la Generación del 98 y especialmente por Menendez Pidal. Es la embriogenia defectuosa que ha eliminado el inconformismo, gracias a la invención de la tradición como decía Eric Hobsbawn.

El personaje central es Alfonso IX, cuyo padre Fernando II gracias a sus donaciones a la Iglesia dejo a esta oronda y al Estado enflaquecido. Para esta parte del libro Aparicio nos recuerda su deuda con el estudioso de la época Julio Gonzalez Gonzalez, y su biografía de Alfonso.

El largo reinado-42 años-del último rey leones; su hijo Fernando III es ya rey de Castilla y león, fue intenso tanto militar como legislativa y socialmente. Según el autor sería un Rey prodemocrático, opuesto al modelo que siguieron Castilla y el papado que respondía a los parámetros feudales de origen francés. Fue excomulgado tres veces.

Alfonso con sus Decreta aprobados por la Cortes leonesas en 1188, convoca por primera vez en la historia a representantes del pueblo en pie de igualdad con nobles y eclesiásticos y fija en las Cortes de Benavente (1202) los principio y derechos del Reino, antecedente de los Presupuesto Generales del Estado. También fue el fundador de la Universidad de Salamanca. Según el autor, los historiadores y especialmente los castellanos no le han tratado con el suficiente respeto. Recuerdan que no acudió a la batalla de Las Navas de Tolosa, olvidando que su reino estaba trufado de fortalezas castellanas y portuguesas y por tanto quedaría indefenso en caso marchar los soldados al sur.

El que ya en aquella época había adquirido notoriedad, El Cid, no sería un caballero castellano sino que pertenecía a la alta nobleza leonesa de los Flainez. La reinvención de l historia empieza ya con la mujer castellana de Alfonso , apartada del marido por imposición papal, debido al parentesco y madre de Fernando, Doña Berenguela, conjuntamente con los poderes eclesiásticos, consiguió que su interpretación de los acontecimientos sea aceptada como la única adecuada para España.

La síntesis final nos recuerda que el español ha sido modelado por el poder en base a la espiritualidad, lo que conlleva el sometimiento a los dictados de la Iglesia de Roma en estrecho maridaje con el poder político.

Incluso hoy día la Iglesia sigue impendiendo el laicismo pleno del Estado. “el laicismo es la madurez de occidente. Los españoles no hemos sido capaces de alcanzarlo. Si lo lográramos es posible que el desamor desapareciera.

Juan Pedro Aparicio

NUESTRO DESAMOR A ESPAÑA.

Premio Internacional de Ensayo Jovellanos 2016.

Ediciones Nobel

282 pgs. 20. Euros.

(*) Ignacio Vasallo ha sido consejero de Turismo en Estocolmo, Nueva York, Milán, Londres y Paris.

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