El Barrio Húmedo de León

Es, sin duda, el punto de referencia para ir de tapas, dada su peculiaridad que con la consumición te ofrecen gratuitamente las más viradas tapas, que varían según los establecimientos hosteleros.

Comprende la zona que está entre la Calle Ancha, que es la que sube desde el centro hasta La Catedral; la calle de la Rúa, que va desde el centro a la derecha; y Caño Badillo y Las Cercas, que más o menos cierran lo que sería el recinto del barrio.

Allí nos sorprenderán con embutidos la zona y con cocina en miniatura con especialidades a base de morcilla, huevos con picadillo, croquetas, mejillones, calamares, chorizo al vino, callos con garbanzos, champillones con patatas y un largo etcétera.

No sé cuántos bares y restaurantes hay en el barrio, - creo que más de 200 -, pero, desde luego, es una oferta que no se puede recorrer en unos días. Nosotros, durante los tres días que permanecimos en León, nos fue imposible, no solo visitarlos, sino, simplemente obsérvalos por fuera. Mejor porque así tenemos una nueva visita pendiente, que realizaremos encantos a la menor oportunidad.

El Gaucho es uno de los clásicos en el Barrio Húmedo. Buena variedad de tapas servidas con cada consumición. Recomendables las sopas de ajo servidas en recipiente de barro. También destacan sus patatas con picadillo o morcilla y las patatas picantes. La Bicha es otro de los locales singulares, muy visitado. Su tapa de morcilla es de calidad. El dueño solo sirve a los justos, no le gusta que le agobien.

Hay quien dice que las mejores patatas fritas del Húmedo se encuentran en El Flechazo, posiblemente, junto con las del bar Casa Blas, de todo León. Es de los bares que continúan con la tradición de tapa única desde hace un montón de años.
Pero este barrio, que está lleno de vitalidad, es más que su atractivo gastronómico, ya que en él se encuentra una gran oferta comercial donde adquirir todo tipo de artículos con un trato cercano y a buen precio. También ofrece la posibilidad de gozar de la buena mesa en sus diferentes restaurantes. Para las copas cuenta con una concurrida zona de pubs.

Pero hay que aprovechar la visita a León para otras muchas cosas. Hay tiempo para todo. No se puede dejar de ver su joya. La catedral gótica con su rosetón central, sus vidrieras, retablos y capillas. O la Colegiata de San Isidoro con sus conjuntos románicos y su panteón Real que alberga el Cáliz de Doña Urraca, definido por algunos historiadores como el auténtico Santo Grial. La plaza Mayor, la de San Martín y la de San Marcelo, la iglesia de San Marcelo, la antigua casa consistorial, el edificio Botines, el Palacio de los Guzmanes…en fin, son algunos de los espacios que no se pueden dejar de visitar en la capital leonesa, a la que invita a recorrer el alcalde Antonio Silván, para quien, todo aquel que hayamos pisado el salón de plenos de la casa consistorial nos podemos considerar ya leoneses.

Su objetivo es generar actividad en el sector turístico, dado que es una prioridad, porque, dice “tenemos los mimbres para ser un destino turístico de primer orden por nuestra historia, nuestro patrimonio y nuestra gastronomía”. El alcalde leonés adelantó que para el próximo año la corporación que preside va a optar al título de Capital Española de la Gastronomía.

Antonio Silván dijo que la llegada del AVE había servido para situar a León en el mapa de España, a la vez que resaltó la complementariedad entre la capital y la provincia en el plano turístico.