9 D’Octubre: el "San Valentín" valenciano…

Para celebrarlo y congraciarse con los nuevos inquilinos de la tierra, los moros decidieron obsequiar a la guapa Reina Cristiana, todas las frutas y verduras, envueltas en vistosos pañuelos. Desde entonces los valencianos hemos celebrado dicha fiesta lanzando cohetes, desde las terrazas de las casas. El amor de los valencianos por los fuegos artificiales, es ancestral como vemos. Pero, pero, pero…

Pero, el 9 de octubre de 1707 el nuevo rey Felipe V, decidió suprimir la ruidosa fiesta, por qué él era el nuevo rey, claro. Y los valencianos nos… jorobamos pero mucho. Eso de no tirar nuestros bienamados petardo en tan fecha señalada, como que no. Sin embargo un avispado confitero valenciano pensó: “Nos habéis quitado la polvora, pero no el mazapán. Y vamos a sustituir los petardos, por dulces mazapanes”. Y dicho y hecho, ésa misma noche, después de parlamentar con sus compañeros de faena, se decidió que había que sustituir a los añorados cohetes por los deliciosos dulces de almendra.

Para ello, se hicieron unos simpatiquísimos dulces con unas formas que ejem, en nada recordaban a los viejos cohetes y sí a los órganos sexuales humanos, jijiji, la piúla i el tronaor. Además, para suavizar el asunto se moldearon otras figuritas de mazapán que recodaban a las frutas y verduras que sus antepasados medievales regalaron a la bella reina extranjera. E hicieron correr la voz a los fogosos maridos valencianos que si no les regalaban a sus mujeres los mazapanes envueltos en bonitos pañuelos, esa noche no habría 9 de octubre que celebrar, vosotros entendéis, jijij. Y claro, los ardientes maridos, picaron el anzuelo y compraron los endulzados pañolones a sus bellas mujeres. Lo que no sabemos si hubo celebración patria nocturna, suponemos que sí. Desde entonces, que los valencianos celebramos nuestro particular sanvalentín, el 9 de octubre, cómo San Dionisio manda: con mazapanes y pañuelitos.

Insto a todos los varones que me lean, que compren el sábado por la noche una caja de bombones y un pañuelo de mujer, lo envuelvan en un fardito los bombones y se lo reglen a su pareja, contándoles la rijosa historia. Éxito asegurado. Y si no se tiene para bombones y pañuelos, una bolsita de chuches de los chinos y ya me contaréis, jijiji