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Opinión: “Recuerdos de Mi Abuelita…”

Noticias

Por Geral Aci (Madrid)

viernes 07 de octubre de 2016, 02:24h
Noticias

07OCT16.- Ayer leí un periódico, de esos que tienen una trayectoria muy particular. Hace muchos años defendían al gobierno chileno encabezado por el presidente Salvador Allende, lo mismo con la revolución cubana y con la lucha del pueblo palestino, esto por nombrar algunos ejemplos.

Pasados unos años, se preguntaban por los errores cometidos por el gobierno popular, exterminado por los militares. Igualmente destacaban el desabastecimiento en Cuba y criticaban a los “terroristas palestinos” Bueno, la cosa es que el periódico en cuestión, que funciona según dónde calienta el sol y dónde se gana más dinerito, publicó dos noticias que me llamaron la atención: Una decía, “cárcel para los padres que encerraron en una habitación a una hija de catorce años” y además tienen que pagar una indemnización en dinerito. Y la otra noticia decía: “dictada sentencia contra madre que abofeteó a su hija” y el castigo es alejamiento a no sé cuantos kilómetros.

Mi abuelita decía que un hogar es un mundo, en la mayoría de los casos un mundo de miseria, de analfabetismo, de enfermedades, infidelidades y abortos muchas veces provocados. La vieja tenía razón.

Lo importante es saber el origen de los acontecimientos, pero nadie, especialmente los periódicos, se esfuerza en publicarlos, porque van en contra de sus intereses económicos. Escribí hace unas semanas un artículo donde recordaba que los algodoneros del sur de Estados Unidos, entregaban hijas de esclavos de diez o doce años, a sus hijos, para que experimentaran sus primeras experiencias sexuales.

Los cuerpos sin madurar de las niñas no podían soportar embarazos y abortaban en muchos casos falleciendo la niña, entonces la iglesia, las esposas de los algodoneros y las fanáticas de Dios decían: “Estas negras pecadoras matan a sus hijos”.

Es decir nunca decían la verdad o las razones. Hoy sucede lo mismo.

Las autoridades permiten que las cadenas de televisión entreguen pornografía durante todo el día y hasta la media noche. Los periódicos publicitan a cientos de prostitutas, con listado de precios y cualidades de las meretrices, que tienen derecho a trabajar, pero se pude buscar otra forma de anunciarse, publican con grandes titulares noticias de la guerra de turno, gente destrozada, ciudades arrasadas, violaciones, torturas y niños muertos, tratan de hacerlo muchas veces con fotografías a color para que el impacto sea mayor. Tienen un espacio reservado a los traficantes de drogas, y como chiste, publican que antes habían sido detenidos en doscientas o trescientas ocasiones. ¿Qué puede pensar un niño cuando la policía dedica horas, días y semanas, descuidando su propio hogar, su familia y su tranquilidad vigilando a narcos hasta lograr detenerlos y las dos horas están nuevamente en la calle “con cargos” es decir, dentro de cinco años los llamaran a declarar. Entonces más de algún niño se interesará por el negocio. Lo mismo con los hechos ocurridos en las peleas entre lo que llaman bandas latinas, es decir, la violencia, las drogas, las guerras, las violaciones, las prostitutas y sin olvidar a esa plaga de desalmados que se llaman políticos que no son corruptos, sencillamente son ladrones, ocupan las cabeceras de los periódicos y los titulares de las noticias en televisión.

Ese es el mundo actual. Ahora le cuento lo relacionado con las noticias del periodiquito.

Todos sabemos que los niños de hoy tienen al alcance de la mano un teléfono móvil y todas las prestaciones correspondientes. He escuchado personalmente a estos niños decir; “Si tú padre o madre te castiga con un tirón de pelo, denúncialos, di que te azotaron, que te negaron la comida, te insultaron y poco menos que querían caparte”. Y he sido testigo del comportamiento de un niño de trece años, ante la madre gritándole “estúpida, gilipollas, carca, que no sabes nada, que no quiero comer esto, que quiero comer esto otro”. Estas palabras acompañadas de empujones y de acercar el rostro al de la madre hasta hacerle sentir la saliva de su hocico.

Cuando era niño cometí varios delitos, me escapé de un centro donde no nos daban comida y estábamos encerrados durante todo el día, si, me escapé, robé unas botellas de licor, las vendí en otro lugar y con el dinero me fui al cine a ver la película King Kong. Pero la víctima de mi robo averiguó mi casa y habló con mi madre. Al llegar, entré y dije: “Buenas noches mamy” Mis hermanos me miraron con temor, se fueron a acostar y mi madre me dijo que esperara. Me interrogó y confesé la verdad. Nunca me habían castigado con tanta violencia: una correa negra, gruesa, golpeaba mi espalda, mis piernas, yo usaba pantalón corto. Estaba en el suelo y la correa seguía dando contra mi delgaducho cuerpo.

Nunca más en mi vida volví a cometer un delito estando con mi madre. Se lo agradecí toda mi vida.

No significa esto que esté de acuerdo con ese tipo de castigo. Pero ahora el estado le da al niño la posibilidad de pisotear a sus padres y profesores. Junto a los avances de la ciencia, nacen estúpidos, gente que se las da de democráticos, defensores de cualquier cosa, anarquistas semanales, o futuristas que no tuvieron pasado.

Si el estado permite que los niños tengan como juguete una maquinita donde se mata, se viola, se dan palizas y se queman colegios, sabiendo que la mencionada maquina está prohibida en el país que la fabrica, entonces podemos pensar que quién la autoriza es una mierda y que no le interesa el futuro de los niños de hoy.

¿Saben acaso la realidad del hogar los que publicaron la noticia dejando a los padres de la menor como verdaderos delincuentes? sabiendo todos, que los bandidos son los corruptos, los de las tarjetas bancarias, las alcaldesas inmorales. ¿Saben acaso lo que ocurría dentro de ese hogar, que ahora ayudan a destruir? Nadie lo sabe, pero repito que no estoy de acuerdo con el castigo que yo recibí, aunque lo agradecí, pero si estaría de acuerdo en prohibir la pornografía en televisión, en educar a los jóvenes y explicarles lo negativo de consumir alcohol en grandes cantidades, lo mismo que la marihuana, el acoso escolar, el maltrato y el racismo. Es fácil condenar a un padre o una madre, además de hacer “famoso/a” quien lo divulga.

También estaría de acuerdo en cambiar el Código Penal, cambiar a quienes dirigen la justicia, los medios de comunicación, legislar sobre el uso del teléfono móvil en las aulas, las respuestas violentas contra los profesores. Eso sería positivo y no envenenar las mentes limpias con brutalidades, hablando contra el aborto, la homosexualidad, o hacerles creer que existe un Dios.

Todo comportamiento incívico debe ser castigado, pero ¿cómo enseñar a un niño a ser civilizado si los ladrones aparecen en los medios sonriendo, bien vestidos, subiendo a lujosos coches y acompañados de guardaespaldas? No es un chiste pero cuando el padre preguntó al hijo, ¿qué quieres ser de mayor? Este respondió con fuerza: ¡quiero ser corrupto!

Sí señor, nos dan drogas y prohíben consumir drogas. Nos dan pornografía y nos prohíben hablar de tetas, coños y penes. Nos dan máquinas para aprender a matar gente y nos prohíben asesinar. Nos muestran a los banqueros desahuciando trabajadores y nos prohíben ocupar pisos vacíos.

También puede ser que los padres tengamos algo de culpa ¿por qué un teléfono móvil para cada integrante de la familia? ¿No es mejor hacer conciencia y explicar tanto en el colegio como en el hogar, que podemos vivir sin el mencionado aparatito?

Posiblemente si cambiamos a los legisladores de hoy, tendremos una sociedad más justa mañana. Bueno, cambiarlos o fabricar tazas váter más grandes.

(Geral Aci – Madrid)

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