El ataque contra un convoy de ayuda y contra un almacén de la Media Luna Roja en la provincia siria de Aleppo (norte) debería ser investigado como un posible crimen de guerra, indicó hoy Human Rights Watch (HRW).
En un comunicado, la ONG precisa que el bombardeo de hace dos días golpeó la caravana humanitaria y el almacén durante tres horas sin que hubiera ningún objetivo militar cerca, informó Efe.
HRW considera que este ataque viola las normas de los conflictos armados y que podría constituir un crimen de guerra si tuvo como blanco de forma premeditada personal, vehículos e instalaciones de asistencia humanitaria.
La nota recuerda que la aviación siria y la rusa son las únicas conocidas por actuar en esta parte del territorio sirio.
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja informó ayer de que el convoy, organizado por la ONU y la Media Luna Roja, fue objetivo de un ataque en el que veinte civiles y un trabajador humanitario murieron.
La ONU ha asegurado que la caravana había recibido los permisos del Gobierno sirio para avanzar desde áreas bajo su control a partes tomadas por la oposición en el oeste de Alepo para repartir la asistencia.
La subdirectora de HRW para Medio Oriente, Lama Fakih, destacó en el comunicado que "el supuesto ataque a un convoy humanitario que había sido autorizado para operar y a un conocido almacén de ayuda suscita serias dudas sobre si los bombardeos fueron intencionados.
"Se necesita una investigación independiente de la ONU para determinar si este fue un ataque deliberado contra civiles", indicó.
HRW hizo un llamamiento al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para que anuncie en la sesión de alto nivel del Consejo de Seguridad, prevista para hoy, el inicio de una investigación para identificar a las partes responsables del ataque.
Subrayó que Rusia ha negado su implicación y la del Gobierno sirio en el ataque, aunque testigos consultados por HRW aseguraron que fue un bombardeo.
PARTICIPACIÓN DE RUSIA
Más de 3.000 nuevos combatientes rusos han llegado en el último mes a Siria para unirse a las fuerzas de su país, que colaboran con las tropas del Gobierno de Damasco, informó hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La ONG apuntó que muchos de los nuevos milicianos rusos han sido enviados a la zona de Al Safira, bajo el control de las autoridades sirias y en el sureste de Aleppo, a la espera de unirse a la lucha contra facciones armadas sirias y contra el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS), informó Efe.
Por el momento, ni el Gobierno de Moscú ni el de Damasco han confirmado estas informaciones.
Desde el 30 de septiembre de 2015, Rusia realiza una campaña de bombardeos en Siria, adonde también ha enviado personal de tierra, en la que es su primera intervención militar directa en el conflicto en el país árabe.
Según datos publicados ayer por el Observatorio, al menos 8.899 personas han muerto en Siria por los bombardeos de la aviación de Rusia, de las que 3.506 eran civiles, 2.704 militantes del ISIS y 2.689 combatientes de grupos islámicos, entre los que figura el Frente de la Conquista del Levante (antiguo Frente al Nusra).
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