La fertilización integra múltiples procesos para transformar el material del espermatozoide y el óvulo en un embrión, que produce cambios en los cromosomas y el ADN. Eso permite al esperma madurar hasta dividirse, a fin de producir las diferentes células que requerirá el nuevo organismo, una capacidad denominada totipotencialidad.
Para llevar a cabo su experimento, los investigadores inyectaron núcleos de esperma en embriones de ratones químicamente modificados antes de su primera división celular. Los embriones resultantes dieron lugar a una progenie viable en el 24 % de las ocasiones.