Muchos padres, extrañados por esa actitud de sus hijos, terminan consultando con el pediatra o algún otro especialista en desarrollo infantil, para que les expliquen el motivo de tan sorprendente conducta.
La razón estriba en que el niño ha entrado en una etapa de autoafirmación, -“Pequeña adolescencia”-, tras descubrir que ha alcanzado cierto nivel de independencia, que le lleva a negarse a todo lo que tiene por delante en esta fase de la construcción de su personalidad. Es una etapa normal y saludable. Sin embargo, cuando esta etapa perdura a lo largo de la vida, no puede ser considerado así, sino, muy al contrario, se debe considerar como algo negativo, lo que desafortunadamente ocurre en un altísimo porcentaje de españoles.
Para comenzar a tomar conciencia del problema habría que prestar atención a la infinidad de nuestros conciudadanos que invariablemente comienzan las sucesivas frases de sus diálogos con un reiterativo no, aunque en lo esencial coincidan con la opinión expresada por el interlocutor con quien conversan. ¿Perdura en ellos la etapa infantil de la autoafirmación?
Llevo tiempo que he observado este fenómeno, que hace varios días tuve ocasión de presenciar una vez más, percibiendo cómo los consabidos no al comienzo de cada frase pueden incluso provocar malestar en quien los escucha, por la insistente negación del criterio del interlocutor que sucesivamente hace quien así se expresa.
La escena transcurrió en una tienda de comestibles mientras me encontraba esperando mi turno. El dependiente que atendía a una señora le preguntaba:
-¿Desea la señora queso manchego o extremeño?
-No, póngamelo extremeño.
-¿Me dijo que le cortara cien gramos de jamón ibérico o de recebo?
-No, lo prefiero ibérico.
Y así toda una sucesión de frases, siempre comenzadas por un rotundo no. Con ser esta escena una simple anécdota, cuántas veces podemos ver en los medios de comunicación entrevistas, diálogos o debates en que el no al comienzo de cada frase está asegurado. ¿Son tantos los españoles que, ya adultos, continúan necesitando el no como mecanismo de autoafirmación?
El problema no es baladí si pensamos que alguien con deseos de gobernar a todos los españoles podría ser uno de esos muchos que aún continúan en la etapa de la autoafirmación infantil. Aunque también podría suceder que concurrieran otros factores, los más habituales en que se cae para llegar a posicionamientos erróneos, como serían:
- Falta de conocimientos.
-Exaltación emotiva que nuble el entendimiento: ambición de poder, inquinas personales, etc.
-Ambos factores a la vez.
Cualquier motivo por el que se pueda estar instalado en la negación, -muy frecuentemente por todos a la vez-, el escenario que crea negar la opinión de los demás, además de ser antidemocrático, sirve para dibujar un perfil deficitario de la personalidad de quien así actúa.
Resulta inquietante comprobar cómo se le van acumulando problemas a nuestra querida ESPAÑA, sin que quienes han hecho de la política su medio de vida, con sus manifiestas insuficiencias en tantos aspectos, sean rechazados con rotundidad por los ciudadanos y sustituidos por otros con verdadera vocación de servicio y con los niveles intelectual, ético y de equilibrio emocional necesarios que les legitime para hacer realidad esa vocación.
(*) Joaquín Sama Naharro es psiquiatra
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