No está el horno para bollos

-Tiene prisa, mucha prisa en erradicar la corrupción, pues como todos los españoles, pero no tiene en cuenta aquello de “vísteme despacio que tengo prisa”, y en esta obsesión, con perdón “la cagastes Bort Lancaster”, porque no se puede apretar las clavijas tanto que se haga imposible cumplir lo acordado porque va contranatura, y nos estamos refiriendo a considerar con carácter retroactivo el que abandonen la política los investigados anteriores a ese pacto, ya que en el derecho penal no existen nomas penales cuya aplicación sea retroactiva.

-A los de CIUDADANOS les faltan varios hervores, les convenía implicarse en el gobierno y no solo en la investidura, porque está haciendo una práctica curiosa el ser oposición apoyando al gobierno, lo cual por sentido común se convierte en desgobierno, porque el gobierno tiene las manos atadas por los pactos y ellos se sitúan en la oposición sin poder hacerla moralmente como deben porque apoyaron a ese gobierno, estamos inventándonos un juego gobierno oposición muy curioso que podíamos denominar a la española, donde tanto el gobierno como la oposición son virtuales.

-También en sus exigencias “se salen del tiesto” cuando pretenden imponer normas al PP en el gobierno del propio partido normas que por otra parte han fracasado en otros partidos , como por ejemplo las primarias, que echan sido un fiasco en el PSOE entre otros ya que quieren importar esas normas de la política americana que resulta que es un sistema político que está en las antípodas del nuestro y nosotros con las primarias paremos unos adefesios, porque en USA los partidos poco cuentan los que se presenta son personas que logran conciliar a su favor voluntades y esto es lo que les eleva a ser elegidos candidatos, no como aquí que los que mandan son los aparatos de los partidos.

-Además los naranjito es un partido de veletas y no porque pacten a sus derecha e izquierda, que esto es encomiable, sino por lo que cambian de opinión en las soluciones a los problemas comunes cada dos por tres.

-Tampoco me parece de recibo el abuso de lo políticamente correcto que en mi opinión es lo más incorrecto de todo y denota un déficit en las convicciones muy manifiesto.

(*) Pedro José Rodríguez Iglesias es escritor