Hasta ahora, se pensaba que los planetas eran capaces de autorregular su temperatura interna a través de la convección del manto, el desplazamiento subterráneo de rocas causado por la calefacción y la refrigeración internas. De esta forma, un planeta podría empezar demasiado frío o demasiado caliente, pero finalmente podría asentarse a la temperatura adecuada.
Los investigadores de Yale no están de acuerdo y lo explican en la revista Science Advances. "Si reúne todo tipo de datos científicos sobre cómo la Tierra ha evolucionado en los últimos mil millones de años y trata de darles sentido, verá que la convección del manto es indiferente de la temperatura interna", dice Jun Korenaga, autor de del estudio y profesor de geología y geofísica en Yale. Korenaga presenta un marco teórico general que explica el grado de autorregulación previsto para la convección del manto y sugiere que la autorregulación es poco probable en planetas similares a la Tierra.
"La falta del mecanismo autorregulador tiene enormes implicaciones para la habitabilidad planetaria", dice el investigador. "Los estudios sobre la formación planetaria sugieren que planetas como la Tierra se forman por múltiples impactos gigantes, y el resultado de este proceso altamente aleatorio es muy diverso", añade.
Tal diversidad de tamaño y temperatura interna no obstaculizaría la evolución planetaria si hubiera autorregulación de la convección del manto, dice Korenaga. "Lo que damos por sentado en la Tierra, como océanos y continentes, no existiría si la temperatura interna del planeta no hubiera estado en un cierto rango, y esto significa que el comienzo de la historia de la Tierra no pudo ser demasiado caliente o demasiado frío", finaliza.