La vengo recordando desde hace varios meses.
No quiero mirar al cielo, pero cómo me contengo si ahí están los malos. En el cielo está la corrupción, el egocentrismo, la ambición personal y la ignorancia.
Claro que para poder verlos hay que recordar a los cuatro jinetes del Apocalipsis. Esos que cabalgaban imitando a Santa Claus, pero sin juguetes.
¿Cree alguien que les interesa un país llamado España?
¿Qué les preocupa cómo se alimentan ocho millones de personas sin trabajo y sus familiares?
¿Qué cientos de miles de jóvenes de ambos sexos hayan huido a otras latitudes en busca del pan que su propia patria les niega?
¿Les preocupan los numerosos grupos de personas que hacen fila en la puerta de los supermercados, esperando que saquen la basura, para comer “los caducados”?
¿Les preocupa a estos Apocalípticos que seamos la risa del mundo, que se diga como chiste: Si robas pide que te juzguen en España?
En una encuesta preguntaban: ¿Qué diría usted si le dicen que los cuatro patriotas “eternos postulantes” la han palmado? Responda con una palabra:
-Cojonudo, Por fin, Ya era hora, fueron las respuestas.
Todos quieren ser coronados, todos quieren una banda bicolor cruzando el pecho. Ninguno tiene la dignidad de decir: Yo renuncio por España.
No, no lo dicen.
Por eso en esta situación es mejor no mirar el cielo, no votar, no opinar, no leer periódicos y jugar a la quiniela. Porque por donde pasan los Cuatro Jinetes Apocalípticos, está lleno de excremento. ¿Y dónde no los hay?
Si (
No(
